El día jueves 12 de octubre estuvimos en Santiago, realizando un conversatorio entorno a los distintos procesos de residencia de Cristian Inostroza (también parte del Colectivo, en residencia en Chile Chico), del colectivo Araya-Carrión en Toltén, y el nuestro en La Montaña. Este conversatorio se dio en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende, en el contexto de la muestra “Muros Blandos: ser entre bordes”, en donde estamos exponiendo como colectivo.
En esta instancia cada artista o colectivo en residencia expuso sus procesos, su contexto, contó lo que imaginaba, lo que sabía y ha puesto a prueba en el mes que ya casi todos llevamos. Toltén, Chile Chico, La Montaña, resultó ser una triangulación de territorios fronterizos, llenos de una memoria e historia por trazar, en una suerte de contradicción temporal en que la historia es ese futuro para reconstruir desde el pasado, por supuesto que desde cada lugar y desde las distintas intensidades que en ellos se dan.
La conversación que se dio fue activa y atenta de todos los procesos desplegados, fue una instancia de duda, cuestionamiento y detención respecto al trabajo realizado y el que está por venir. Se dio también el espacio para las reflexiones desde nuestra propia práctica como investigadores y artistas, una reflexión de los conceptos occidentales que nos cruzan (arte, mercado, productividad, neoliberalismo) así como también de cómo hacemos cuerpo en la constitución de esos conceptos, muchos suspendidos en nuestro trabajo en el territorio. También se dieron cuestionamientos a la forma de operar de estas residencias, los que siempre surgieron desde la distancia crítica que nos separa de todo cuanto nos relacionamos. Es cómo afrontamos cualquier trabajo que realicemos; nos pone siempre en una situación complicada pero interesante de abordar, es un espacio para incomodarnos desde lo que hacemos, en el mejor de los sentidos.
Luego del conversatorio los cuestionamientos seguirán otros cursos, seguiremos compartiendo y debatiendo nuestras experiencias en residencia junto a esta red de afectos y trabajo que hemos construido. Consideramos urgentes y necesarios espacios para ponernos en suspensión, en incomodidad, y desde ahí seguir tejiendo la trama de nuestra práctica.