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Residencia: La Montaña: habitar historias en comunidad San Fabián - La Montaña, Biobío - 2017 Residente: Colectivo Charco
Publicado: 27 de septiembre de 2017
Recorridos

En estos últimos días en La Montaña nos ha tocado caminar y recorrer, buscando vecinos a quienes contarle de nuestra presencia acá y de las actividades que ya se van armando. El sábado pasado decidimos con Pancho salir a caminar y gritar aló en un sector de casas de La Montaña. Muy pocos nos abrieron, y un par de ellos fueron algo tímidos. Sin embargo, consideramos interesante el ejercicio de conocer la dinámica de la comunidad, en donde quizás el sábado por la tarde no era el mejor día. Aún así, con quienes hablamos se dieron conversaciones interesadas y amenas; los invitamos a los encuentros de tallado en madera que se harán los miércoles y al cine que veremos todos los viernes en la Junta de Vecinos. Siempre decimos que son actividades de encuentro, de compartir, de conocernos y así poder generar los vínculos que les permitan como comunidad encontrarse en su memoria colectiva. Esa memoria, para muchos, es la vida del campo, de la que pocos viven hoy con la reubicación que sufrieron, el cambio de nombre de la localidad (antes era El Durazno), o las condiciones económicas que los hacen buscar trabajos en la forestal o en la ciudad.

Luego de ese recorrido con Pancho, el domingo me tocó estar sola acá en la casa. Don Nato y su esposa, Doña Mirta, venían cada tanto a verme y conversar. Doña Mirta me invitó a almorzar, matear y comer sopaipillas. Hizo mate de leche y ahí estuvimos toda la tarde viendo tele y conversando. Entremedio ella hilaba. Ya más entrada la tarde con ella y Don Nato partimos a visitar vecinos. Don Nato quiere reactivar el grupo de adultos mayores de La Montaña, y para eso organizó una reunión en la que necesita mínimo diez personas para formar el grupo de nuevo. Lo acompañamos con Doña Mirta a visitar sus amigos, a pie, por las casas de La Montaña. Fuimos a tres casas, Don Nato parece conocerlos a todos, con todos se saludan amablemente, se invitan a pasar, ofrecen un mate. Me sorprende Don Nato y su entusiasmo de activar la comunidad, de hacer paseos con ellos, de conseguir cosas entre todos, haciendo eso solo desde la unión. Con todos me presentaba, Doña Mirta decía que yo era una amiga, y ahí yo contaba de nuestro proyecto y las ganas que tenemos, como Don Nato, de entusiasmar a la gente de La Montaña con su historia. La gente es curiosa y muy amable, algunos ya sabían de algunas cosas, como la mateada y el cine. Se nos hizo tarde y no alcanzamos a visitar a todos los amigos de Don Nato. En la última casa, doña Albina le regalo una gallina a Doña Mirta, la fuimos a buscar las tres, la elegimos y la llevamos de vuelta. Quizás mañana haga una cazuela.

Lucy Quezada

 

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