Ha sido una semana llena de actividades.
Como sigue el paro la planificación del trabajo con el Politécnico se ha estancado. Mientras tanto continúo mis visitas al Club Renacer y comienzan las gestiones con la Escuela Paranal de Paposo con el fin de realizar un video en colaboración con los niños de quinto y sexto básico. Los niños se entusiasman con la idea de dejar un registro de la caleta. En la primera sesión vemos películas y nos enfocamos al tema medio ambiental. Ellos tienen un proyecto de reciclaje con las chicas de Servicio País y ya tienen experiencia en “salir a terreno”- me explican. Los sextos básicos salen este año y dejarán abruptamente su cotidianidad en la tranquila caleta, porque entran al liceo en Taltal en Marzo. Sigo con la esperanza de trabajar con el Politécnico pero depende de los tiempo que queden después de la vuelta a clases. Ya se está acabando el año escolar.
Desde mi llegada he estado en contacto con otra gente que está realizando proyectos en la zona. Por ejemplo, a través de Marcela conozco a Javier, antropólogo que trabaja en el programa Quiero mi Barrio y también dirige la ONG Cecan. Javier me ha ayudado a conocer lugares y gente en Taltal, y sus proyectos también cruzan intereses con mi investigación. Convoco a una reunión con gestores y agentes culturales. Llegan Maca y Paulina de Servicio País, Marcela y Javier de Quiero mi Barrio, y Silvana, artesana Taltalina. Sentados en el patio de mi casa-taller expongo el motivo de la convocatoria: quiero generar una conversación sobre los proyectos en curso y compartir las experiencias con la comunidad local. Pienso que existen puntos en común y distintas formas de abordar los mismos problemas. ¿Podemos levantar un diagnóstico mediante un mapa de nuestras actividades? Propongo algunas ideas y comenzamos.
La conversación parte lentamente y mi primera inquietud tiene que ver con el concepto de comunidad. ¿Quién es la comunidad? Javier nos cuenta sus experiencias en proyectos y resalta la poca asistencia que tiene la reunión. “Al final siempre somos los mismos”- agrega Maca. Javier plantea algo interesante: los proyectos en Taltal se generan desde lo amoroso. Silvana continúa y añade una perspectiva inédita. Como Taltalina ella conoce lo que ocurre a otro nivel, desde dentro. Taltal tiene su ritmo propio y mucha gente va y viene, pero ella realiza un trabajo permanente aquí, vinculada a mucha gente que está activa en distintos ámbitos. Marcela nos cuenta sobre su trabajo en terreno, las intervenciones sociales de Quiero mi Barrio, proyectos que aportan infraestructura y cosas concretas a los barrios. Gran parte de su labor es apoyo técnico a proyectos de la gente. Mayoritariamente son mujeres las que se organizan para trabajar. Se nos pasa el tiempo y trazamos algunos sectores. Marcela trabaja en la población Gabriela Mistral, pero para trazar sus proyectos en Taltal tendría que achurar todo el mapa, dice y se ríe. Carola nos cuenta sobre los lugares que son objetivo del área de Patrimonio de la Municipalidad: el teatro, la plaza, el ferrocarril. Nos cuenta del trabajo con adultos mayores y la puesta en valor del trabajo de los ex obreros ferroviarios. Nos plantea que también ella es parte de la comunidad, se siente acogida acá, a pesar de ser de fuera.
Seguimos dibujando. Tenemos que cerrar, se hace tarde y hay que comer algo. Si nosotros estamos aquí conviviendo e intentando comunicarnos a diario con el entorno local, aprendiendo los códigos, sin duda en estado “amoroso” con el lugar, también formamos parte de la comunidad. No podemos trabajar desde fuera, es necesario meterse en el ritmo local, vivir y conocer, aunque tome tiempo. Trabajar acá también es formar parte de la comunidad.