La Renca
Cuando te encuentres de camino a Renca,
desea que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos.
A los pasteros y a los curados,
al enajenado traficante no temas,
tales en tu camino nunca encontrarás,
si mantienes tu pensamiento elevado,
y selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo leve.
A los pasteros y a los curaos,
al duro traficante no encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca ante ti.
Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas calurosas
en que con qué alegría, con qué gozo
arribes a paraderos de buses nunca antes vistos,
detente en los almacenes de barrio,
y adquiere las mas finas hallullas,
mortadelas y mantequillas, tomates y paltas,
y papelillos de todo tipo,
cuántos más dulces papelillos puedas mejor,
ve a la Balmaceda uno, Balmaceda dos, Balmaceda tres,
a muchas,
aprende y aprende de los curados de pasaje.
Ten siempre en tu mente a Renca.
La llegada allí es tu destino.
Pero no apresures tu viaje en absoluto.
Mejor que dure mushos años,
y ya anciano recales en Lo Velásquez 6,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que te dé riquezas Renca.
Renca te dio el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene más que darte.
Y si pobre la encuentras,
Renca no te engañó.
Así sabio como te hiciste,
con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significa Renca.
-C.K.