Hoy estamos entregando una nueva semana.
Finalizando una nueva etapa.
Enfrentándonos a las grandes decisiones.
Esta vez las grandes decisiones no las debemos tomar nosotros, están en otras manos, debemos conformarnos con ser meros espectadores frente a este paso fundamental, el punto de inflexión que determinará seguramente el éxito o fracaso de esta residencia.
Estamos intranquilos.
Ansiosos / nerviosos.
Con grandes expectativas, pero también con muchos temores.
Es que es demasiado importante lo que se está jugando en esta semana que se avecina. Puede significar ver retribuido todos los esfuerzos, todas las acciones, todo el amor y la pasión puestos como motor de una idea. Estas ideas que nacen desde los vecinos, las organizaciones del territorio, los colaboradores y amigos y nuestro equipo de residencia.
Hemos pensado también en las otras posibilidades.
Hemos evaluado la posibilidad de que nuestro proyecto no logre seducir y convocar a las autoridades pertinentes y, en ese caso, podemos vernos despojados de este sueño que soñamos colectivamente.
Ya no depende de nosotros la dirección que tomará este cauce.
Esperamos.
Esperamos con la satisfacción de haber hecho el trabajo que vinimos a hacer y de haberlo hecho, hasta aquí al menos, de la mejor manera posible.
Nuestras cabezas están erguidas con orgullo, ese orgullo ancestral de entender que se ha obrado en armonía y en beneficio de todos y todas.
Aquí estaremos aguardando las respuestas.
En tensa calma…