Comenzamos la primera semana de residencia, conocimos a Manuel Zambra, nuestra contraparte local y quien preside la Agrupación Cultural David León Tapia, nos contó todo lo que han hecho en su larga vida, la verdad ha sido una inmensa gestión, pues gracias a ellos Tongoy tiene Biblioteca pública y un auditorio para más de 500 personas, además de un Humedal habilitado para realizar caminatas y disfrutar la naturaleza entre muchos más logros. En esta primera semana conocimos el auditorio, con Álvaro, mi colega escenógrafo, de inmediato subimos al escenario para ver el espacio y conocerlo ya que esperamos poder usarlo en nuestra residencia como lugar de trabajo. También estuvimos en la Biblioteca donde organizamos la primera reunión, asistieron miembros del club de adultos mayores y presidentes de juntas de vecinos, un grupo pequeño, pero cada asistente lidera grupos grandes y la idea es que transmitan lo que aquí conversemos. Allí presentamos de qué se trata la residencia y también nos presentamos nosotros como artistas, los trabajos que hemos realizado en teatro, para que nos conozcan y sepan que pueden confiar en nosotros. El grupo se mostró muy motivado a participar, encontraron muy interesante y bonito el proyecto, por lo que fijamos las próximas reuniones ya para empezar a trabajar.
Yo había estado en Tongoy años atrás, pero sólo había visitado Socos, no conocía el pueblo y me parece precioso. Está la playa grande y la playa Socos, cada una a un lado de la península, o la isla, como le llaman acá. Se ve un pueblo tranquilo y están reconstruyendo todo el malecón y el sector del mercado, pues fue derribado por el maremoto. Nos recordaron los tongoyinos que exactamente hace un año atrás fue el terremoto y el maremoto y se adelantan a contarnos lo que significa Tongoy: “Golpe a golpe”, como un signo anticipado del dolor que superan cada tiempo por diversas inclemencias de la naturaleza o por duros hechos sociales que azotan también de tiempo en tiempo.
Fuimos al mercado provisorio y conocimos la gran variedad de productos del mar que venden y extraen de Tongoy, es impresionante: locos, machas, ostiones, pescados varios, piure, pulpos; no se ve mucha gente comprando, me pregunto si venderán toda la mercadería y qué harán con ella si no. Al mirar hacia el mar se ven decenas de embarcaciones flotando, listas para salir a pescar durante el día. Yo diría que son más de cien.
También nos reunimos con las autoridades de la escuela básica David León Tapia y con el Liceo acuícola para contarles de la residencia y organizar una presentación a los escolares de cada establecimiento. Fueron muy amables y aunque nos advirtieron que es complejo motivar sobre todo a los jóvenes, agendamos las fechas.
Tal como se llama la residencia “Tongoy Teatral un mar de historias” esperamos que éstas comiencen a aparecer; al caminar por las calles del pueblo observamos murales que nos hablan de un mar lleno de vida, con sirenas, peces y mariscos. No sabemos casi nada de Tongoy, pero pronto nos empezarán a llegar las historias para ir construyendo entre todos una dramaturgia que identifique y transmita lo que decidamos o queramos contar a través del teatro.