Bueno, ya avanzado un poco el proyecto, se han hecho ciertos trabajos específicos, es por eso mismo, en aras de hacer posible un mayor dinamismo, que se llevó el grueso de herramientas al taller en el colegio Gustavo Le Paige, nos encomendamos en un colegio donde junto al guardo, ya nos hemos encontrado un par de puertas reventadas por algún domestico de la zona que quizás que cosa podrá rescatar de la sala de pre-kinder, en fin. Se han habilitado varios mesones que estaban en desuso, también una cajonera y un archivador para poder ordenar la sala que sufre la lejanía del colegio, y con ella el aseo regular del que todas las demás salas gozan. A pesar de barrerla y ordenarla regularmente, basta un curso en la sala multiuso para que esta quede “patas pa arriba”. Es por eso que nos encomendamos considerando los índices de inseguridad y desorden. Cabe destacar que la aparición del Centro de estudios informales ha hecho de este espacio una constante interrogante para los escolares que expresan su extrañeza en insistencia infantil y cuestionamiento de los límites. Hace semanas que ha sido la tónica, se optó por cerrar la puerta del pabellón para evitar las visitas de los alumnos; posteriormente comenzaron a subirse por el techo.
Otro hecho que me llama la atención es el bunker que hay por bencinera, cuatro estaciones de autoservicio que se cancelan en una caseta tan resguardada que solo se le puede ver los dedos a lo que creo que es un inmigrante, trató de advertirnos algo, pero no nos dimos cuenta.