Llegaron caras nuevas a esta once. Varios se sumaron por interés en colaborar para la actividad del sábado de cine en San José, que tendrá lugar en la calle interior de la localidad, frente al club deportivo. Por lo que aprovechamos para comentar el momento del proceso de la residencia y luego entrar de lleno en la logística del sábado. Aquí el dicho dos cabezas piensan mas que una cobra todo su sentido. Cada cuál iba aportando para que sea una función redonda.
Es importante poner una cartulina en la entrada del cruce…
…¿y los basureros?
…yo me hago cargo de los adultos mayores…
…las bancas del club deportivo para los niños…
…los baños, hay que conseguirse cloro…
Así poco a poco, entre acuerdos e ideas, fuimos resolviendo lo que cada cuál haría. Acordamos la hora de llegada para armar todo y estar atentos ante cualquier imprevisto.
Terminamos el encuentro revisando nuevas fotografías que aparecen en cada once. Aparecen más historias, nuevos relatos y la constante fascinación de verse, de reconocer a un vecino que ya no está, del camino de tierra, del tiempo. Y esta es la potencia de la fotografía, fija un tiempo y nos traslada. Conmueve revisar en conjunto las historias vividas entre todos, pues en una localidad de 700 habitantes como es San José, se evidencia lo familiar, el impacto de cada proceso histórico en el cuerpo social, y las dimensiones que esto tiene en la vida íntima. Así lo público y lo privado, se vuelve frontera difusa.
Y justamente con el gesto de cerrar la calle por 4 horas este sábado nos sentaremos como familia a ver una película en el living de la casa.