Sabiendo ya que el primer mes los gastos por los altos costos de la península y los negocios que aquí existen había perjudicado en cierta forma los cálculos de presupuesto para abastecimiento en el territorio, hice un paréntesis en los laboratorios y me fui con Matías a Puerto Montt para aprovechar de hacer compras y visitar la imprenta con la que trabajaríamos el impreso final ya definiéndose la semana cartográfica anterior en un mapa plegable y posible de utilizar como afiche al mismo tiempo. Matías volvería a Santiago y me encontraría en la ciudad al día siguiente con Walter Imilan, y luego con Carlos Silva, para cruzar juntos hasta Ayacara. Walter lamentablemente sufre un problema algo grave que no lo deja viajar hasta la península y debe regresar a Santiago al día siguiente. Decidimos trabajar en Puerto Montt una jornada completa todos los aspectos que habíamos pensando ver en el par de días que nos iría a colaborar en torno a definir cómo construir el mapa final. La cantidad de material que se había reunido y trabajado no tenía necesariamente una coherencia desde el inicio, y había sido parte de la experimentación contemplada como mapeos productores de elementos que de alguna forma darían cuerpo a una suerte de atlas, un conjunto de mapas mentales, experimentales y no geográficos ni lineales de lo que habíamos estado abarcando como el territorio. Walter me habla y muestra diferentes experiencias de trabajo cartográfico en Chile y otros países con comunidades donde se busca realizar mapeos no necesariamente geográficos o de datos duros, sino que contemplan contenidos flexibles e incluso subjetivos, y que abarcan así otras nociones de lo que podría ser “un mapa”. Le muestro y comparto todo el material que hemos trabajado y tenido como resultado de los laboratorios hasta hoy: dibujos, sonidos, escritos, comentarios y avances del mapa más puntual y concreto físico del territorio como terreno en sí. Walter me ayuda a realizar un análisis de cada contenido, intentando identificar posibles uniones no estructuradas de qué podría caber como dato más duro dentro del mapa a diseñar, y que podría ser parte de otro mapa, o dicho de otra manera, de un mapa más abstracto y de características más abiertas e indefinidas. Así, puntualizamos y agrupamos elementos que pudieran definirse como “infografía”; aquello que podría ser representable a modo de ícono dentro del perímetro que sería la geografía en punto de vista cenital en el mapa del territorio como terreno; localidades, ríos, lagunas, ramplas de acceso, etc. Por otro lado, buceamos en torno a los contenidos mas ligados a las experiencias artísticas que el grupo ha experimentado, y que podrían ser parte de un diseño más allá de la vista satelital del territorio, las historias de don Gabe y Edgardo, las flores sin nombre dibujadas, y cualquier otro futuro elemento que pudiera considerarse más impreciso y expresivo en las actividades del laboratorio último por venir.
Al encontrarnos con Carlos Silva en la toma de las primeras imágenes que ya interesan desde el punto cero de la carretera austral en la que estaremos -aun cuando la península este baypasseada por el camino en sí mismo-, hablamos antes de despedirnos de Walter de su viaje frustrado, de la distancia enorme que los accesos restringidos pueden producir en situaciones así para llegar hasta un territorio que no está tan lejos, y de cómo los mapas y las geografías actualmente ya no se rigen por los kilómetros entre el aquí y el allá, sino por los caminos posibles para realizar esos trayectos.