El río Tinguiririca y el estero tienen más agua. La marea está alta. Y algunos pescadores, aprovechan las tardes libres y van por el pejerrey.
Quedan los recuerdos del 18, de la fonda de Pichidegua, del asado en casa de un hermano, de los primos que vinieron de Santiago. La fiesta nacional ya pasó, y regresa el ritmo habitual de la comunidad. Las banderas siguen izadas por septiembre.
Instalamos la primera actividad de hoy en el patio de la escuela, era nuestro secreto homenaje a la primavera. Con los materiales dispuestos, los niños se aproximaban para ir descubriendo lo que querían pintar, mojaban el papel, untaban sus pinceles en acuarela, para luego pegar sus ejercicios en un tanque de agua a la intemperie.
Después, entramos a la biblioteca donde cada uno recibió una croquera, cuaderno donde quedará toda la investigación del laboratorio, y que será parte de los materiales de construcción del libro sobre San José de Marchigue. A la portada le pegaron sus ejercicios de carboncillo y esgrafiado, donde los títulos sonaban a antiguas historias:
/casa, nube, sol y yo / mi columpio de antes/ el gallinero de atrás/
Para terminar la sesión concentradamente inventaron preguntas para sus amigos y familiares. Las respuestas vendrán de vuelta el próximo miércoles.