Durante los primeros días de residencia, hemos realizado reuniones para conocer e invitar a los vecinos al proyecto. El día lunes el encuentro fue con el equipo Servicio País, Javiera González y Anita Tobar, quienes nos regalaron un mapa de la localidad dibujado por Anita, sobre un papel craft y que será utilizado para ejercicios de mapeo colectivo.
El día martes nos reunimos con las profesoras de la escuela básica de San José, Nibalda, Clara y Natalia, quienes nos propusieron que redactáramos una comunicación invitación a las familias para su participación en el taller de sonido, imagen y relatos, como instancia de activación de la residencia y que se realizaría durante ocho sesiones en horario extra escolar comenzando el próximo miércoles 13 de septiembre.
En la tarde del día siguiente, volvimos a la escuela con comunicación en mano y había una reunión de apoderadas-todas mujeres– del primero y segundo básico, y nos dieron el espacio para invitarlas a participar del proyecto.
En el trayecto hacia el río, me topé con don Checho Rojas, quien trabajaba reparando una fuga de agua. Él es presidente del club deportivo, y un entusiasta de la idea de hacer juntos. Durante la conversación sugirió que fuéramos a la reunión extraordinaria del comité de agua potable el día lunes para ir sumando por todos lados, en palabras de don Checho.
Aprovechando la caminata pasé a visitar a la señora Sandra, quien me alojó en la semana de visita a San José de Marchigue ocurrida en julio, conversamos mientras ella picaba tomate y ajo, me comentó que la comunidad estaba en duelo, pues el día viernes, había muerto accidentalmente un vecino muy querido durante su jornada laboral. El día que llegamos divisamos el extenso cortejo fúnebre.
Este fue un miércoles de sol, con sensación primaveral.
P.D Finalmente y durante la visita al veterinario entregamos en adopción a Tinguiririca… ¡es otro perro, otro perro…! decía el médico, mientras le suministraba su vacuna. Quedó en buenas manos y al parecer, encontró su cauce.