El penúltimo día en el territorio se convocó a los participantes de la residencia a ver las piezas audiovisuales que surgieron a partir de los trabajos participativos durante los 4 meses en el territorio. Fueron invitadas las dirigentas con las que trabajamos, los participantes de la filarmónica y su directiva, los clubes de adulto mayor, que siempre mostraron gran interés en las instancias de encuentro y co creación, las personas del huerto, los pobladores conocidos y confiamos en el traspaso de esta información entre las personas, estrategia que no fue muy efectiva, y es un asunto que debo reconocer, pero ya me explayaré en este punto en la conclusión. También se invitó a el Alcalde y a los encargados del Centro Cultural de Alto Hospicio.
La proyección se realizó cuando empezó a oscurecer, para sacar el máximo provecho a la pantalla gigante que se instaló en el exterior en Avda. El Boro con calle Jerusalén, en un punto donde siempre se realizan eventos municipales. Con la dirigenta Isabel Novoa entregamos un oficio en la Municipalidad para solicitar sillas, obtuvimos respuesta el mismo día miércoles, gracias a la gestión de la señora Isabel, junto con el Joaquín, nieto de la Presidenta del Club de Adulto Mayor “Semillitas del Desierto” ubicamos las sillas a la espera de que oscurezca, mientras se probaban los videos a exhibir en la pantalla.
De a poco comenzaron a llegar personas, mucho menos de las esperadas, la verdad la noche estaba fría, y se entendía que para los adultos mayores fuese una complicación asistir, la gente de la filarmónica me avisó que no alcanzaba a llegar porqué estaban en ensayo, del municipio no llegó ningún representante. En la experiencia de residencias, la convocatoria, asistencia y puntualidad siempre ha sido un poco frustrante, pero por lo mismo se entiende que más allá de la cantidad de asistentes de un evento puntual, estamos interviniendo en territorios con distintas realidades, y pesan más los vínculos que se pudieron tejer, las acciones que a veces no son registradas con una cámara, lo que finalmente impacta de forma intensa o sutil a los participantes de estas dinámicas colectivas. La exhibición solo les da la posibilidad de ver reflejado como se potencian en unidad y cohesión con el vecino, y que efectivamente “El Boro” es un territorio muy estigmatizado, y queda en evidencia, que el potencial que allí existe es inmenso, solo falta seguir activándolo.
Así nos despedimos de las vecinas y vecinos, agradeciendo la oportunidad de conocerles, de ser parte mínimamente de su realidad.