Esta semana fue súper intensa, estamos en ese punto donde todo se empieza a acelerar para llegar al punto más importante, el clímax de la obra. Todo esto ha sido una gran performance y llegado a este punto nos vemos con todo apuntando y juntándose para llegar a un punto de unión de todo, que en este caso se concreta en la exposición y en la publicación del libro con lo que ha sucedido en esta residencia.
El valle es realmente mágico, hay algo que hace que aquí todo se torne especial, de la nada todo se torna un estado como de euforia. Esta semana pasó algo increíble nuevamente, pues luego de la aprobación en terreno del alcalde con el asunto de limpiar la Poza de los Pobres en la Rinconada, le dijeron al Ripio que teníamos que coordinar en la siguiente reunión con la Junta de Vecinos y una persona de la Municipalidad, para ver cómo se haría todo. Nosotros quisimos acompañarlos, pero en principio sería algo corto y más que nada entre el Ripio y la muni. Bueno, resulta que llegamos y nos dimos cuenta de que la reunión de la Junta de Vecinos era especialmente para resolver este tema y que tuvo una convocatoria sorprendente. Estaba llena la sede y de pronto el mismísimo alcalde y todos sus asesores también estaban allí. Sumado a esto el Ripio se había conseguido hacer una proyección 3D de cómo quería proyectar la Poza de los Pobres después de la limpieza y quedó increíble. Entonces el Ripio puso la cara y les explicó a todos de qué se trataba la proyección, dejando en claro que la realización de todo esto pasaba por la cooperación de todos los vecinos. Entonces se para el alcalde y a sorpresa de todos manifiesta abiertamente su admiración y apoyo con la idea, dejando a disposición la implementación de la Municipalidad para apoyar la intervención. Fue increíble escucharlo hablar del proyecto de los chiquillos como un proyecto de todos y un proyecto importante.
Ante esto, como siempre, aparecieron los que se resisten al cambio, los disidentes en el fondo del salón: “se va a llenar de turistas”, “ ¿quién va a fiscalizar que no se vuelva un lugar peligroso?”,“ los carabineros nunca hacen nada”, “No hay baños, no estamos preparados”, nosotros solo nos mordíamos la lengua pues obviamente no queríamos intervenir, pero lo más lindo de todo es que todo eso que nosotros queríamos decir y más, lo dijeron los propios vecinos: “todos juntos lo vamos a hacer, no necesitamos nada más que estar todos unidos”, “es nuestro lugar, no queremos seguir pagando para entrar a bañarnos con nuestras familias, si somos de acá”, “la gente se baña igual, mejor tener algo bonito y seguro para todos”, “depende de nosotros que las cosas cambien y los jóvenes tienen una idea bonita” y en boca del mismo alcalde, para finalizar, se escuchó “¿entonces qué propone usted? ¿lo dejamos cómo está? ¿así sucio e insalubre?” y una vecina remató: “¡hay que ser valientes y positivos, esa siempre ha sido nuestra poza y hoy da pena como está!, ¡hay que apoyar a los jóvenes, va a quedar bonito!” y los aplausos callaron a la disidencia. Estaba zanjado y con aprobación de la mayoría, lo vimos todos y salimos emocionados y eufóricos. Esto es algo importante, un precedente de que la unión popular está presente en este lugar y que estaba dormida. Hoy gracias a los cabros está volviendo a nacer, y esto es solo un comienzo.
Con las tejedoras también está pasando algo sorprendente, esta semana nos sorprendimos como llegaban y llegaban cuadritos tejidos: “este lo mandó la señora Marta”, “este la señora Inés”, “estos los mandaron de Montegrande” y así poco a poco la red se estaba haciendo gigante. Esta es primera vez para todos los que estamos ahí, hacer una intervención común de tejido y estamos disfrutándolo. Ya la voz se había corrido y las lanas de las cajas que habíamos dejado se acabaron. A los de la muni les preguntaban por los cuadritos, al David del Centro Cultural, a la Lisset de Servicio País, y esta semana llegaron más tejedoras a tejer, varias nuevas incluso, y varias que no venían hace rato.
Con los chicos de los grupos literarios nos juntamos y ya empezamos a recopilar textos de todos. Se han comprometido y han cumplido, porque se siente que quieren ser parte, que quieren hacer, aprender, conocer y tener nuevas experiencias.
En el Centro Cultural ya empezamos a construir los paneles que sostendrán toda la exposición y los chiquillos de la batucada quieren ayudar también.
Entonces todo se está acelerando y nosotros solo tenemos que darlo todo, estar ahí para que todo llegue a su clímax naturalmente y dejarnos sorprender cada día de cómo este lugar estaba sediento, estaba dormido y que poco a poco nos muestra la fuerza intensa que esconde.