Me siento triste, es verdad. No me quiero ir de esta isla.
La experiencia ha sido maravillosa. Me he despedido una y otra vez y me he emocionado una y otra vez. Los abrazos abundan, la nostalgia también.
Estuve más de dos meses residiendo en Lemuy, una isla chilota de gente común y cariñosa, de mujeres trabajadoras que día a día levantan esta isla. Me despido con un curanto al hoyo, que la señora Betty ha preparado como minga y despedida tras realizar la marisca. Me despido con 4 kilos menos y la ropa que se me cae. Pero feliz del trabajo realizado, de los objetivos conseguidos y de los afectos logrados. Si bien, como todo en esta vida, la residencia ha tenido sus altibajos, en términos generales sólo me llevo alegrías… y ganas de regresar… de regresar a esta isla que ya es parte de mi vida…
Como final, dejo el tráiler del video realizado junto a Matías González. Espero lo disfruten como nosotros lo hemos disfrutado.
Viviana Silva Flores