Después de la hora de colación de los profesionales médicos del CESFAM, nos reunimos unos minutos para informarles acerca de la residencia e invitarlos a participar, ellos nos contaron que han hecho varias mini obras teatrales con fines educacionales en temas de salud, y que disfrutan mucho usando esta herramienta… nos encantó que usen en teatro con este objetivo.
Al día siguiente nos juntamos con el Club Sol de Tongoy, para contarles cómo nos ha ido con los jóvenes y los niños. En la Escuela estuvimos conversando acerca de los personajes que nos habían contado los Adultos Mayores, y nos encontramos con la sorpresa que ningún niño los conocía; Hablamos del Escafandra, el Ovejero, la Cantora y la Partera… ¿La que vende paltas?, nos preguntaron… (¡!) ahí les explicamos que años atrás en Tongoy los bebés nacían en las casas de sus mamás con una partera, una señora que ayudaba a nacer a los bebés. ¡Ahhh!… Nos dimos cuenta que era urgente juntar a las generaciones en la obra teatral, para que todas esas historias de los abuelos, lleguen a los nietos, junto con las imágenes de cómo era Tongoy mucho antes que ellos nacieran.
Les pregunto a los adultos mayores qué les parece si la obra jugara con el género del terror y la comedia, y uno de los lugares de acción fuera el cementerio, dado que los jóvenes del Liceo se sienten atraídos por estas historias. La respuesta es que sería interesante, aún no sabemos muy bien cómo podría ser, pero les resulta atractiva la idea. Antes ellos habían manifestado interés en una obra teatral de carácter histórico, pero al parecer esta idea les pareció más entretenida. Continuamos rescatando algunos personajes que han ido resonando en las conversaciones y elucubrando sus posibles escenas: Nos imaginamos al Escafandra bajo el mar, rodeado de los más variados peces y moluscos, pensamos que podrían ser los niños con sus máscaras.