Contento despierto en el paisaje montañoso de la región de Coquimbo. Me reencuentro con sensaciones y conclusiones que ya percibía en mi visita de reconocimiento en el territorio. Esta es una zona tranquila, con otra velocidad a la que estoy acostumbrado. Montepatria es un pequeño pueblo de escasas calles alto entre montañas y junto al embalse La Paloma, pero desde el cual se extienden rutas que se trepan por los cerros conectando a un gran número de pequeñas localidades que son parte de la comuna de Montepatria.
Si bien la zona es amenazada por un periodo muy expenso de sequías, su carácter fluvial es importante. Además de los 5 ríos que hidratan la comuna y sus valles, la gente practica una vida de flujos. La comunidad está dispersa en las montañas principalmente por sus actividades vitales relacionadas a la agricultura. Es por esto que los pequeños buses locales transportan a estudiantes que acuden a los colegios o a personas que viajan a comprar alimentos o a vitrinear a la tienda china. Esta comunidad es una que se mueve, que transita el territorio, si no es por las montañas siguiendo cabras o cuidando plantaciones, es entonces acarreando bolsas cargadas en buses que se aventuran entre montañas nortinas de valle en valle.