BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Sequía y Movimientos. Montepatria, Coquimbo - 2019 Residente: Javier González Pesce
Publicado: 27 de febrero de 2020
4.

En mi primera visita (de reconocimiento) me encontré con un número importante de autos y buses que pareciesen estar estacionados por años. De alguna manera el tiempo y el desierto los han golpeado con su insistencia. Neumáticos desinflados, vidrios polvorientos, un óxido que corroe sus superficies metálicas hasta atravesarlas. Me pareció que estos vehículos dispersos en el territorio montañoso representan una especie de monumento ocasional. Estos me comunicaban simbólicamente un signo de estancamiento, un fracaso o fatiga de el elemento moderno y conectivo, el dispositivo que debe procurar el tránsito y flujo humano en este territorio de montañas. Se me ocurría limpiarlos, arreglarlos, así dejan de ser una presencia decadente en el paisaje, de alguna manera restaurar su dignidad. El centro cultural exhibe orgulloso una fotografía del primer medio de transporte de la zona (una especie de híbrido entre un bus, un flete y un camión).

Luego reflexiono y me encuentro con la idea de que este territorio no tiene necesidad de monumento. Si hay algo que hace un homenaje  a la movilidad es la gente misma que a diario activa el flujo. Son sus propios cuerpos los que se mueven y en este ejercicio activan vitalmente, movilizan costumbres, maneras de vivir, de practicar una economía local, maneras de pensar, vivir, unas poéticas y unas políticas del encuentro entre personas, que a su vez movilizan creencias, materias y activan una dinámica generosa y simple de vida. La comunidad de la región y su estado de flujo es en si un monumento a la vida rural.

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