Hubo un baile en Tulahuén, con Andrés fuimos a ver. Parece ser que el verano es temporada de bailes en toda la comuna. Me impresionó lo diferente que este evento es respecto de otras fiestas que he visto. Habían bandas locales de cumbia y se vendían choripanes, completos y cerveza. Las personas bailaban solo en parejas y de manera muy ordenada en filas, unos al lado de otros bailaban sin desarticular la hilera a pesar del entusiasmo. Cuando la canción estaba por terminar todos se iban a tomar un poco de cerveza a las mesas para estar de regreso en sus respectivas hileras una vez que la banda iniciaba la próxima canción. En esta fiesta había gente de todas las edades, un encuentro transversal de la comunidad en tono festivo. Al otro día fue el turno de Pulpica y así las bandas locales del Valle del Limarí comienzan a recorrer localidades tocando canciones que son bastante populares en la zona. Cumbias y Rancheras son (así como para gran parte de las zonas rurales del territorio nacional), la sonoridad que acompaña a los humanos en este territorio, en su soledad, en sus labores, en sus fiestas, penas y festejos. La fiesta (o bailes como les llaman) son instancias para el flujo de personas que se mueven de una localidad a otra para encontrarse a bailar.
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