Vivir en Lluta ha sido algo realmente mágico, a pesar que la residencia tiene su tiempo límite, hoy es el día donde más ganas tenemos de seguir estando acá. Los pobladores del valle a diario nos entregan su cariño y amistad, a pesar que su tiempo no los apremia, siempre se dan el espacio para conversar y poder construir juntos nuevas obras artísticas, como lo es hoy el geoglifo.
Cada vez que estamos en posición de trabajo, siempre llega alguien nuevo a esta aventura, donde nacen nuevos amigos que han confiado en nuestro proyecto propuesto, y que además hoy se sienten pertenecientes a la obra. A pesar que sabíamos como equipo que el desafió de hacer un geoglifo era difícil, no se hizo esperar más y se fue avanzando hasta el día de hoy. Gracias a que la comunidad nos motivó y nosotros a ellos, decidimos hacer algo que se notara y que fuera visto por todos. Por cada piedra que cada uno ha levantado con sus manos, es el signo de la fuerza y sacrificio ancestral – local que tiene Lluta, donde en conjunto con los pobladores se reflexiona sobre lo hermoso y histórico que es el Valle, rico en cultura, historia y ejemplo de vida de cada agricultor, choclero, vendedor, cocinero, mesero, músico, etc.
Por lo mismo es importante el esfuerzo que hemos realizado como colectivo, estamos insertos, por suerte, en un sector de Chile que abre nuestra perspectiva de vida y de nuevos conocimientos culturales. El que, si no hubiera existido esta residencia, difícilmente podríamos haber conocido y compartir.
Cada mañana, al despertar en el valle, siempre nos sorprende por las distintas tonalidades de color del cielo, cerros y vegetación. A pesar que hacemos un recorrido frecuente a la comunidad de Poconchile, todos los días son contemplados como únicos y ricos, de la propia atmósfera que genera el sector.
Hoy el geoglifo, ya tiene más piedras y el diseño se empieza a notar, los distintos pobladores comparten sus opiniones sobre el color a pintar o sobre lo que realmente va a ser. A pesar de terminar un poco agotados por el trabajo físico, el cariño y constancia de la creación de esta obra, nos da las ganas de seguir creciendo, viviendo y compartiendo con cada vecino/a, amigo/a del Valle de Lluta.