Esta sí que es novedad, al menos respecto a mis experiencias previas. Seguimos en Pargua, seguimos trabajando con Maulikan y la junta de vecinas de Chayahue, aunque hemos cambiado de año. Si bien estuvimos unos días fuera debido a las fiestas, ya estamos de vuelta a seguir nuestro trabajo.
La verdad es que en estos días extrañé a la comunidad, el calor que nos dan cada vez que nos juntamos, el mate que siempre tomamos, las risas que echamos. Sí, extrañé esta localidad, sus sonidos y paisajes. Aunque regresar esta vez fue con algunas peripecias, como quedarme botada en Puerto Montt ya que no quedaban buses para venir a Pargua (y tener que el Seba partir al rescate consiguiéndose la camioneta de los dueños de la casa), lo bonito de este regreso es que en cuanto empecé a llamar a algunas de las chicas con las que trabajamos, ellas me han dicho que también nos extrañaban. Puro amor a las residencias. Será, como siempre me ocurre, tan extraño y triste cuando nos vayamos…
Queda poco tiempo por estos lados, y sin embargo, mucho por hacer. Ahora estamos pensando el guion de lo que será el video y haciendo las últimas grabaciones locales. También estamos programando la finalización de nuestra obra textil en lana con la Junta de Vecinas de Chayahue, que será la otra semana. Y con Maulikan, estamos preparando un librillo sobre el proceso llevado a cabo, que sirva de recuerdo y de difusión del trabajo realizado. Así que con mucho trabajo previo a la salida, con hartas ganas y energía.
Lo único que nos abruma y apremia en estos días, es que llevamos ya dos semanas sin auto y nos queda una más de panne. No es la primera vez que Samuraicito “se enferma” durante la residencia y que nos vemos por ello en problemas. Además de los gastos que significa arreglarlo, estar sin él hace que todo sea más lento y complicado. Y es que vivir aquí sin coche en sí es un problema. Las distancias son considerables y no hay transporte público que recorra los interiores de Pargua, es decir, que viaje entre sectores conectando a sus habitantes. Sólo hay buses todo el día con Puerto Montt desde la carretera principal o desde Pargua centro, pero para nosotros llegar tan sólo a la parada es un buen, buen paseo. Por lo mismo, todo se nos ha ido un poco arruinando y relentizando, porque entre casa y casa, casa y sede, son kilómetros de andar con los equipos bastantes cargados, de hacer dedo o, de pagar a alguien “a lo negro” para trasladarnos. Menos mal que ya nos conocen y varias veces nos salvan, pero no queremos molestar así que, no queda más que hacerse la idea de caminar y pagar “las carreras” pues, como sea, debemos salir adelante y concretar las tareas que quedan.