Estas primeras semanas hemos sido invitadas a visitar las chacras, a almorzar, a tomar el té con sopaipillas y queso de cabra, a reunirnos en torno al alimento y la buena conversación, las muchas historias y leyendas que se tejen en el Valle de Esquiña, también la importancia de los caminos troperos, que fueron vitales para la conexión y el intercambio de productos con otros pueblos, y que actualmente con la llegada de las carreteras y el transporte, no son utilizados con tanta frecuencia, pero que siguen estando vigentes en la memoria colectiva.
La señora Pelegrina por ejemplo, recorre frecuentemente desde Sahuara a Esquiña, porque en ambos pueblos tiene chacra que regar y animales que pastorear, otros caminos ancestrales mencionados en las conversaciones son los que van desde Illapata a Mulluri o hasta el Embalse Caritaya, a algunos kilómetros de donde se encuentra la mítica Laguna Roja.
Don Dagoberto Mamani es una de las personas que conoce muy bien estos caminos, la importancia de estos en el desarrollo de las comunidades previo a la llegada de “la huella” o camino para vehículos, y en la práctica del pastoreo, que es la que los mantiene vigentes en la actualidad en algunos sectores. Estuvimos reunidos con él y su esposa, la señora Victoria Mamani, además de Karla e Ignacio de Servicio País, y se planteó la intención de realizar en conjunto con otras personas de la comunidad una cartografía participativa que identifique los caminos troperos relevantes, los cuales posteriormente esperamos recorrer y documentar, ya que son parte fundamental de la identidad de la localidad y no hay un registro levantado desde y para la comunidad.