Llegó el día.
En que las historias que ha acumulado por 104 años don Valdebenito en su vivir en el campo, fueron vistas en pantalla grande.
En que El Bosque llenó las graderías con sus callampas, leones, guardianes del río y el Saco Malvado.
En que l@s niñ@s de Chanco fueron los protagonistas al momento de presentar su “obra maestra” y deleitar al público anunciando lo que se iban a encontrar esa noche, como dijo Martín en su discurso.
En que l@s jóvenes identificaron el valor de los lugares de Chanco y de que al haber creado un libro junto a l@s niñ@s, están dejando un legado para el pueblo.
En que l@s vecin@s asistieron al Teatro. Bajaron del campo, para ver qué era aquello que estuvieron tramando sus hij@s durante este tiempo.
Y las autoridades escucharon.
Y el escenario principal albergó otros escenarios.
Y reímos con el canto del Piuchén, nos asustamos con el ataque de los Ninjas y nos compadecimos de la Oveja cuando la descueraban.
Compartimos las historias de Chanco. Y nos llevamos algunas en forma de libro.
Fue muy bonito poder ver todo esto en una tarde. Cómo el trabajo que estuvimos realizando durante estos meses de Residencia, cuajó y tomó forma con el lanzamiento del libro y el micro documental en el Teatro Municipal de Chanco. Fue emocionante ver la cantidad de personas que participaron para que funcionara de la mejor forma y poder disfrutar juntos de lo que habíamos construido este tiempo.
Para los que no estuvieron, les dejo algunos fragmentos de los discursos de esa tarde.
“Muy contento y cuando hicimos las actividades era muy divertido. Pude ser creativo, todo lo que quise. Después cuando hicimos la creación con el Jaime y el Pipe, unos compañeros míos y el Jonathan, -que no está presente aquí-, estuve muy emocionado. Porque estaba por primera vez con mis amigos haciendo una obra maestra.” (Martín Espinoza, niño chanquino).
“(…) Nos sentimos muy orgullosos porque gracias a este proyecto pudimos grabar y salir al aire dando a conocer nuestro trabajo de tradición y de nuestra comunidad de Reloca Alto. Gracias a indagaciones a nuestros padres y abuelos, logramos conocer raíces de nuestro entorno, poniéndolos en práctica para lograr nuestro objetivo de ser actores en obras teatrales. Las que con el tiempo nos ayudarán a ser estudiantes emprendedores y autónomos en nuestra trayectoria estudiantil.” (Salomón Retamal, niño chanquino).
“(…) Desde allí empezamos a darnos cuenta de la importancia de la cultura, que ya estaba en los escenarios que teníamos y no ocupábamos. Entonces nos fuimos de a poco dando cuenta de que es importante la creatividad de los niños de escuelas rurales y las urbanas. Nosotros quizás no les dábamos la importancia a la creatividad de ellos, o el valor del patrimonio, o los espacios que tenemos como las plazoletas, la playa y el parque… Entonces fue maravilloso poder compartir con todos los actores de esta comunidad y darnos cuenta de muchas cosas que estábamos desaprovechando…” (Beatriz Cheuquiante, joven chanquina).
“Pude conocer más a fondo a mis compañeros del mismo liceo, pudimos conversar más y conocernos a través de esto. (…) Antes no conocía tanto del mismo pueblo de donde vivo o de las zonas cercanas, y pude conocer más. Nos divertíamos y a la vez nos íbamos explicando nuestros diferentes puntos de vista sobre las leyendas de nuestro pueblo. La mayor parte del crédito que tiene este taller son los mismos niños. Gracias a ellos, con sus mismas leyendas de sectores rurales, pudimos hacer más cosas en el taller. En base a la creatividad y enseñanza que nos dejaron los mismos niños. (Joaquín Castro, joven chanquino).
“Con el libro nos damos cuenta de que a poco estamos surgiendo y estamos dejando un legado, tanto nosotros, los jóvenes que participamos, como los mismos niños.” (Beatriz, joven chanquina).
“El libro permite a los niños y niñas expresar su sentir, sus vivencias, su cotidianeidad y la realidad en la que viven. Entonces todo aquello que han expresado no es otra cosa que su propio mundo. (…) El valor contenido del libro es fundamental ya que se expresa el imaginario de los niños a través de las historias, y se constituye como parte de la cultura local.” (Héctor Gutiérrez, funcionario OPD Chanco).
“(…) el fin de este proyecto, lo que fue promover el diálogo cultural dentro de la comuna y también la acción participativa de jóvenes, hace que nos involucremos un poco más con la cultura, como individuos. Nosotros muchas veces hacemos teatro acá y muchas veces no tenemos la cantidad de gente que desearíamos. La formación de jóvenes, ahí vamos a atacar como plan, formemos jóvenes para llenar el teatro siempre que tengamos actividades…”. (Ángelo Yévenes, Encargado Departamento de Cultura, Chanco).