—Yo conozco esa historia, esa es famosa.
— Sí, esa la del viejo…
— ¿A qué callampas mágicas se refiere? ¿Será la historia de cómo llegaron las callampas a Chanco?
— No sé yo, esa no me la he escuchado.
— Se lo comenté a un vecino y la conocía, nos la contó a todos en la mesa.
— Ah, pero si esa se la sabía mi abuelo, él lo vivió junto con los otros caballeros antiguos…
— ¿La historia de cuándo lacearon al león que estaba arriba de un árbol?
— No, yo no tengo historias. Ninguna.
— Yo tengo una, pero no se la puedo contar acá…
— Pero si esa no es la historia, yo me sé otra versión mira:
Las historias que proponen unos se convierten en dibujos. Y otros responden a ellos con nuevas historias.
—Encontrémonos para que te cuente más historias.
—¿Qué le parece en las plazoletas?
Paulina