Pensamos en fierro, en lata, en panel de aluminio, madera y calamina. Pensamos en un kiosco que se desplegara, en una caja de pandora, en un mundo oculto dentro de un baúl que se dejaría ver abriendo sus brazos. Un collage de diversos materiales, diferentes orientaciones de éstos en el plano.
Pensamos en un montón de cosas, pero la experiencia nos enseña que no hay ideas aplicables si no consideras las condiciones reales del lugar donde desarrollarás la misma. Más bien el viento nos advirtió que mandaría a volar por la quebrada lo que no fuera sólido, robusto, simple y abarcable.
Nos quedamos entonces con un baúl de transporte, de madera y fierro, que ojalá considere un timbre final y que inaugure un nuevo espacio de unión entre vecinos, y sirva a los intereses de la comunidad.
Mañana nos ponemos a pintar y a terminar los últimos detalles. Pronto estará listo el Kiosko del Cerro La Cruz.