Ya en la 4ta semana de la residencia ha empezado el momento de parar.
De tomar distancia y ver qué estamos haciendo y hacia dónde vamos, antes de caer por el embudo de cuentos y ficciones que los niñ@s nos han abierto y bueno, que también disfrutamos al deslizarnos.
¿Cómo se relaciona el trabajo que hemos estado haciendo con los niñ@s con aquél de los jóvenes?
¿De qué manera los escenarios y lugares que hemos ido descubriendo con ellos se relacionan con el espacio del Teatro?
¿Cuáles son las preocupaciones de l@s jóvenes? ¿Guardan relación con aquellas de los niñ@s y adultos?
¿Cuál es la apuesta de desarrollo cultural desde la institucionalidad? ¿Cuál es la de l@s vecin@s? ¿Cuál es la nuestra?
¿Existe algo así como “desarrollo cultural”?
¿Dónde entramos en todo esto, cuáles son nuestras pretensiones, los alcances y límites de nuestra propuesta?
Estas preguntas, que, si bien han estado rondando a lo largo de todo este tiempo, queremos evidenciarlas con los jóvenes en los próximos encuentros.
Explorar con ellos posibles respuestas y por qué no encontrar nuevos embudos por los cuales deslizarnos en conjunto.
Embudos capaces de incorporar tentáculos de seres mitológicos del río de Reloca Alto, el cuestionamiento crítico sobre las nociones culturales imperantes y la posibilidad de decir e imaginar.
Paulina