“No todo lo que es oro brilla”, dicen por ahí. Este programa de residencias resulta ser una experiencia muy interesante para desarrollar proyectos de arte colaborativo y contribuir de algún modo a una comunidad, ya sea generando espacios de encuentro, fomentando la identidad barrial o realizando ejercicios de memoria local.
El trabajo creativo y con los vecinos es muy enriquecedor y apasionante. Pero como todo proyecto, esta residencia también implica un montón de tareas administrativas. En general, es el trabajo que queda oculto, lo que no se muestra en redes sociales, pero que ocupa gran parte de nuestro tiempo. Por eso quisimos dedicarle una entrada de nuestras bitácoras.
Juntar, ordenar y pegar boletas. Sacar cuentas. Ver que el presupuesto calce. Mandar mails y llamar por teléfono para coordinar actividades. Redactar cartas para los jefes de UTP y apoderados. Diseñar e imprimir afiches y circulares. Reuniones. Informes de actividades. Excel.
No es el trabajo más gratificante ni emocionante, pero sustenta lo otro, el lado A.
Por suerte la vista al mar de Valparaíso ayuda un poco a sobrellevar estas labores.