Durante las primeras semanas de residencia, mencionamos la situación de 2 calvarios que estaban destruidos en la cima del cerro y que tienen gran valor para los habitantes de la localidad, pero debido a la poca mano de obra y especialmente poca gente que pueda subir al cerro, no se han podido reparar.
En diversas instancias se ha reflexionado sobre la situación y como solucionarlo, si bien nosotras como residentes temporales en la localidad, hemos sentido un compromiso de colaborar en el proceso, con la intención de contribuir a una dinámica que active a personas que se identifican de alguna forma con Esquiña, pero que viven en Arica y asisten poco a la localidad. En esta búsqueda aparece el Club deportivo cultural de Esquiña, los que son mayoritariamente jóvenes que están activando redes en Arica a través del futbol. La señora Victoria Mamani, presidenta de la junta de vecinos de Esquiña, y su esposo Dagoberto, se motivaron con la iniciativa de invitar a esta re-construcción colectiva a los jóvenes del equipo, este proceso de llevó a cabo el mes de Noviembre, donde expresaron a Rafael Apata, presidente del club deportivo, la petición de contar con el equipo para la restauración de los calvarios y de esta forma también acercar a las personas jóvenes a la localidad, contribuyendo con algo que es parte del patrimonio cultural.
Así fue como Rafael comunicó que la iniciativa había sido aceptada por el equipo y que participarían en este proceso a inicios de enero, ya que antes tenían otros compromisos, además que los fines de semana juegan el campeonato de los pueblos. Don Gregorio Guaglia, fabriquero de la localidad, está muy contento con la iniciativa y están gestionando todo lo necesario, pues el trabajo a realizar no es fácil. Hace una semana, Rafael y don Dagoberto fueron a ver el estado de la vertiente, pues una de las dificultades es hacer llegar el agua hasta el cerro, para preparar la mezcla de adobe y cemento, una de las opciones es llevar una manguera hasta el lugar, pero lamentablemente se dieron cuenta que la vertiente tiene muy poco agua y la manguera está dañada en varias partes.
También hay que considerar que en enero y febrero es el invierno altiplánico y está el factor climático que puede jugar en contra en este trabajo colectivo, pues la construcción no se puede efectuar con lluvias. Por otra parte es nuestro último mes de residencia y esperamos estar aquí para vivir este proceso con la comunidad. Habrá que esperar y ver el curso que toma esta iniciativa, pues la comunidad está muy entusiasmada en llevarlo a cabo, y cada vez se van sumando más personas a este trabajo que busca fortalecer el tejido social mediante una práctica colaborativa.