Tiembla, fuerte y por más de un minuto. Estamos en nuestra casa.
Llamamos para saber como están en El Peumal. Están sin luz.
A medida que nos acercamos, nos van contando lo que se les cayó, lo que se les quebró. Y al llegar a la escuela vimos los daños, los vidrios rotos, en las salas todo tirado en el suelo, algunos muebles también. Frente a la escuela, al lado de la capilla, una casa sufrió varios daños, era la casa de la Coni.
El epicentro fue aquí.
Compartimos una colación con los niños que cruzaron a la escuela, que por suerte esos días se había sumado al paro, leímos unos libros que habíamos llevado, mientras la otra parte del equipo recoge vidrios con los tatas, que tenían su reunión semanal. Ponemos nuestro furgón con su transformador eléctrico cerca del salón donde se juntan para que los tatas puedan poner la música y practicar el su baile que trabajan con Miguel, el monitor de zumba.
Día raro, fuimos al negocio de la casa del frente y llevamos al colegio nos tomamos los helados que ya se estaban empezando a derretir.
Después nos fuimos a hacer el perifoneo, parando en las casas para preguntar como están. Todos bien, sólo loza quebrada y sin luz. Nos vendrá bien la tarde lúdico-recreativa mañana en la escuela.