Gente de todas las edades se involucró con la actividad, las personas mayores que de un principio se pensó no podrían subir, fueron los primeros en estar con pala y picota en mano, además que eran los que tenían claridad de cómo se realizaba esta labor de antaño. Pedro y Bryan que son de raíces “Esquiñanas”, también estuvieron ayudando en el acarreo de agua, la disposición de los compañeros de Servicio País también es destacable, Karla estuvo colaborando en diversas labores, desde cocina a traslado de agua, e Ignacio estuvo a pie firme los dos días ayudando para levantar la estructura. De a poco se fue sumando más y más gente del pueblo, más de 20 personas entre trashumantes de Arica, residentes permanentes y nosotras con Servicio País que somos residentes temporales.
Pese al cansancio evidente de esta pesada labor, la motivación y alegría de la comunidad al ver como el trabajo avanzaba, era sumamente gratificante, cómo se iba articulando y fortaleciendo el tejido social. Tras dos jornadas de arduo trabajo, de compartir, reflexionar, transferir conocimientos, se dio por terminada la estructura del calvario de San Santiago (aun falta pintar) el trabajo grueso de la obra ya fue terminada, incluso el calvario de Santa Ana que está un poco más arriba, y que también tenía dañada su estructura, fue desarmado por completo por que la comunidad se comprometió a armarlo nuevamente desde sus cimientos, algo que nació completamente de ellos y que será una labor netamente comunitaria.
Los jóvenes que estuvieron ayudando en la reconstrucción no tenían mucha noción sobre la importancia de los calvarios para el pueblo, y allí pudieron ver como se movilizó la comunidad para esta labor, y entender la significancia que tenía. El segundo día les entregué a ellos la cámara para que puedan hacer preguntas que a ellos les inquietaban, a don Gregorio Guaglia y don Eugenio Apata que son mayores, además tienen mucha sabiduría y conocimiento de las costumbres ancestrales del pueblo.
Esta labor se concluyó con cansancio pero sobre todo un sentimiento gratificante, pues desde el año 2005 no se hacía una re construcción comunitaria, y sobre todo pudimos corroborar que si las personas del pueblo unen fuerzas con los Esquiñanos que viven en Arica, se pueden lograr grandes cosas y avances para su localidad.