Edwin López es el Encargo de Cultura de la Municipalidad de Pozo Almonte. Además es Consejero Regional y tiene otras muchas cualidades, es un hombre muy amable, muy culto y maneja muchos contenidos de historia y cultura, conversar con él es aprender y se vuelve un momento ameno y de gran aprendizaje. En esta ocasión se ofreció para llevarme a ver los geoglifos de Pintados.
El yacimiento Cerros de Pintados se ubica en la comuna de Pozo Almonte, en medio del desierto. Se conforma de muchas figuras plasmadas en los cerros, es un sitio increíble, bastante grande y con una energía prehispánica latente en cada lugar al que miras. Me contaron que además de las figuras inmensas dibujadas en los cerros han descubierto distintos yacimientos de personas que habitaron estas tierras hace miles de años, además de muchos senderos porque -según lo que me decía Edwin- este era un lugar de encuentro entre muchos grupos de la cordillera y de la costa, pero eso dentro de las figuras representadas aparece por ejemplo una ballena.
Edwin con su invitación quería mostrarme la gráfica de las figuras plasmadas sobre los cerros, para que me acercara más a los símbolos de las culturas andinas y entendiera las raíces de la cultura aymara. Logramos definir varios conceptos y me acerque nuevamente a la idea lo trashumante como algo fundamental de la constitución de la identidad del pueblo aymara. Viendo estas grandes figuras tan diversas en estos cerros, entiendo como el nomadismo es representante de las culturas prehispánicas que recorrían de mar a cordillera este territorio, y veo que la movilidad actual de los habitantes del Sector Las Quintas es algo que llevan tatuado en su piel.
En relación a la gráfica y la formas ancestrales, comenzamos a profundizar en la líneas y conceptos que involucran a la cultura aymara, los cuales hacen sentido a un común. Frente a esto, Edwin también me señalo que las calles céntricas del pueblo tienen dibujado ciertas formas con piedras. Yo no me había percatado de tal detalle, luego de la visita miré el suelo al caminar y efectivamente las figuras estaban ahí. Lo primero que pensé fue que al caminar estamos pisando los orígenes prehispánicos de esta cultura, sin embargo luego intenté sacarme esa lectura negativa de la cabeza.
Después de visitar este lugar me siento muy contenta, el camino de vuelta fue nuevamente muy ameno y conversado. Con Edwin esta vez quisimos soñar con lo hermoso que sería que algún día nuestras raíces fueran tan importantes y tan valoradas por toda la sociedad. Soñamos con que algún día incluso, la iconografía aymara fuera utilizada como la iconografía corporativa de la municipalidad.