Al fin inauguramos el cerco!
El viernes llegamos muy temprano, a eso de las 8 de la mañana a buscar a la señora Maritza y todas las cosas que el día anterior preparamos en su casa para inaugurar nuestro cerco. La señora Angélica también madrugó para hacer el pebre que luego hicimos “chupete”.
Una vez cargamos el auto, nos fuimos al Jardín a preparar todo. Allí estaba Marlene esperándonos así que, nos pusimos rápidamente manos a la obra con el montaje de lo que sería el cóctel. La directiva de Maulikan llegó temprano, la señora Eliana de hecho ya nos estaba esperando y Mabel llegó de inmediato para así entre ellas organizarlo todo. Tras nosotras comenzaron a llegar las demás integrantes de la comunidad y algunos invitados. La señora Jacqueline llegó con el Seba quien la fue a buscar ya que traía todo el pancito dulce y amasado. Poco a poco la mesa se fue llenando de ricas comidas con historia, de sabores locales, de olores y colores que nos transportaron…
Chuhuañe, pan amasado, tortilla de papas, empanadas de manzana, empanadas de navajuelas, pan dulce, sopaipillas, roscas, pebre y milcao abundaban en los platos.
Para beber, diversos jugos, el infaltable mate, té y algunas aguas de hierbas hechas con limón y menta.
La mesa se veía hermosa. Decorada con tejidos, se notaba en ella el cariño.
Una vez estuvo todo listo y llegaron nuestros invitadxs, dimos paso a la presentación de nuestra obra, lo que contaré en la siguiente entrada. En ésta, me he querido centrar en las comidas, en esas que preparamos como comunidad y que tanto disfrutamos ese día. Si bien, empezar a comer y compartir la mesa fue tras la presentación de la obra, y por lo mismo, estoy haciendo como un flash back a la hora de contar la historia, la cuestión es que quería señalar que fue una mañana bonita, de comidita rica compartida con Maulikan, lxs más pequeñxs del Jardín Semillas de Avellanal y sus tías, así como del 3ro básico de la Escuela de Pargua (con quienes mapeando trabajamos) los que también nos acompañaron. Una mañana con algunas familias de Maulikan, con Cristina de la Seremía Regional (quien desde Puerto Montt vino a apoyarnos), con la señora Florentina y los centros de padres del jardín y de la escuela. También con el otro Seba, el de SP Trabajo, quien llegó tarde desde lejos también pero quien no quería perderse ni un milcao. A pesar de que algunxs invitadxs faltaron y de que muchos se fueron temprano porque este era un día complicado, pues estábamos de funeral debido a la reciente pérdida de una persona muy querida (y, como pueblo pequeño por todxs conocida) aun así, salimos adelante con nuestra presentación-inauguración, en la que compartimos un exquisito y conversado cóctel con el que “arrasaron” y en donde el mate como siempre, fue de boca en boca y de mano en mano.
Y es que cuando las cosas son hechas con cariño se nota. El corazón se alegra y la comunidad se fortalece y reconforta.