Una vez más nos reunimos con Maulikan, con su directiva, y con el Jardín Semillas de Avellanal. Esta vez el encuentro fue para contarle a las y los niños sobre el cerco que hemos hecho. Contarles cómo lo hicimos, contarles la historia del mismo y hablarles sobre maderas nativas y el cuidado de la naturaleza. Quien habló y entregó todo su conocimiento fue la señora Maritza. En ella la oralidad brotó y se transmitió como se ha hecho toda la vida. Eso sí, su relato fue en medio de brincos y saltos.
Lxs niñxs en cuanto salimos al patio no hallaron nada mejor que escalar el cerco! Y es que lxs peques son inquietxs y atrevidxs, necesitan experimentar y descubrir. Les dejamos subir nuestro cerco, su cerco, disfrutarlo, invitándoles si a cuidarlo para que dure muchos años. Algunxs de ellxs nos contaron que los conocían, que han visto alguno y sabían que sirve como barrera de protección de los animales. Para otrxs, fue algo totalmente nuevo, así como el relato de la señora Maritza que se veía interrumpido por sus aportaciones y risas.
Creo que definitivamente disfrutaron el cerco. Les sirvió como barrera y muro de escalada y, aunque alguna caída hubo, por suerte nada fue grave e incluso fue sin llanto. Además, gracias a ello, al fin hemos comprobado lo firme que está el cerco!
Ahora, sólo nos queda incorporar los últimos detalles y oficialmente presentarlo, lo que en conjunto, ya estamos preparando.
La mañana fue bonita pues como niños y niñas aprendimos ese día divirtiéndonos y jugando.