Todo el pueblo se reunió en esta fiesta de cierre de esta residencia, todos opinaron, rieron, soñaron, agradecieron, desde los niños de la escuela, hasta las sabias palabras de Nauto, cada uno observando desde sus miradas, cada uno descubriendo este museo que es reflejo de su trabajo y aporte.
Muchos son los sentimientos que aflorar, la alegría de sentir que el trabajo entregado fue y será un gran aporte al Pueblo de Dorotea, la melancolía de dejar estas tierras que nos invitaron a habitar por tres meses este sur del mundo.
Sur del mundo tan bello como extremo, las amistades creadas a partir de un proceso complejo de activación de la confianza, múltiples recuerdos, múltiples caminos.
Agradecimientos a todos los que participaron y a todo el equipo del programa de Residencias de Arte Colaborativo, fueron tres meses de mucha reflexión entorno al rol del artista y al rol del arte en esta sociedad.
Gracias a todos, ya regresamos a casa y de apoco vamos aterrizando, tengan por seguro que serán parte por siempre de nuestros presentes, que son reflejo de nuestras experiencias de vida junto al arte.