Hoy fue la inauguración de nuestro querido Kiosko. El montaje fue de locos, todos corriendo de aquí para allá afinando los últimos detalles. Por su puesto, los imprevistos no se hicieron esperar.
Hace dos días, mientras estábamos terminando la construcción del Kiosko en la sede social que tan amablemente nos han prestado los vecinos, llega una pareja para contarnos que al día siguiente se casarán ahí mismo. Sesenta personas tenían que entrar en la sede y todo nuestro taller improvisado tenía que desaparecer por unas horas. Tanto nosotros como ellos nos miramos con sorpresa. La pareja no había visto el Kiosko y no sabían nada de las herramientas y paneles de madera que habían por todos lados. A nosotros tampoco nos avisaron con anticipación para poder ordenar con calma. Bueno, la sede social hay que compartirla y es de todos, así es que no quedó otra que ponerse manos a la obra y dejar todo desocupado para el casorio.
Hoy mismo mientras llevábamos el Kiosko a la cancha del Club 11 Estrellas para preparar el montaje, tuvimos problemas técnicos. A un colectivero se le quedó el auto en pana justo en la salida de la sede y no podíamos pasar con la instalación. Nos atrasamos casi dos horas esperando que el pobre hombre, que a esas alturas ya estaba con cara de espanto, pudiera reparar su auto y nos dejara el camino despejado.
Con el paso de las horas, estas situaciones se transforman en anécdotas tragicómicas, pero en el momento se sufre mucho.
A pesar de los inconvenientes, la inauguración fue todo un éxito. El montaje quedó precioso. Ahí estaba el Kiosko en la mitad de la cancha, exhibiendo las postales que hicieron los niños del Hogar de Menores, las fotografías familiares que tomamos al principio de la residencia, el álbum de fútbol con las láminas de los jugadores del Club 11 Estrellas, la biblioteca que armamos con las donaciones de amigos y organizaciones culturales, las portadas de diarios La Estrellas intervenidas por el Centro de Madres del paradero 9, las poleras y bolsas de tela serigrafiadas con íconos del Cerro La Cruz que hicieron con tanto esmero las vecinas y los parlantes que amplificaban voces de los habitante con sus historias y vivencias en el cerro.
Las vecinas del paradero 7 prepararon una once con pan de pascua y estuvimos conversando en torno a la exposición, pensando en el futuro de este Kiosko itinerante. Para el cierre, le pedimos a la señora Rosa, una mujer que ha vivido más de sesenta años en el Cerro, que cortara la cinta inaugural y que dijera unas palabras. Muy emocionada, nos habló de los inicios de la Junta de Vecinos cuando todo el cerro era de tierra y no había agua ni luz. Pidió que había que valorar la sede social y su historia, seguir usándola como espacio de encuentro y poder de los vecinos, potenciándola con nuevos proyectos como este Kiosko.
Las fotografías hablan por sí mismas. Acá les dejamos una selección de algunas que tomamos hoy y un extracto del discurso de Rosa.
También les dejamos el texto que acompañó esta exposición/inauguración, que condensa muy bien lo realizado en esta residencia:
“PROYECTO KIOSKO es una instalación que se desarrolló junto a un grupo de vecinos y vecinas del Cerro La Cruz entre septiembre y diciembre de 2017. Tiene la forma de un kiosco, en el que se exponen historias, identidades y exploraciones del territorio, con el fin de generar un proceso de reconocimiento de memorias locales.
Buscamos explorar el Cerro junto a la comunidad y ocupar herramientas de las artes para poder rastrear el patrimonio intangible y tangible de este lugar.
Quisimos compartir historias, recuerdos, relatos y expectativas en torno a su comunidad.
Este kiosko ahora es parte del Cerro y busca ser un pequeño espacio público para que los vecinos compartan su tiempo libre. Es como una plaza itinerante con juegos, libros y sonidos.
Como tiene ruedas, se puede trasladar e instalar en cualquier lugar. Lo importante es que continúe siendo un espacio para actividades comunitarias, culturales y recreativas de los habitantes del Cerro La Cruz.
Agradecemos a las vecinas y vecinos que trabajaron en el proyecto, al Hogar de Menores y la escuela Arturo Prat, al Club Deportivo Once Estrellas, al Centro de Madres “Igualdad de la Mujer” y a todos quienes se involucraron y nos compartieron su tiempo, trabajo y amistad.
Los invitamos a ver, escuchar y seguir creando este Proyecto Kiosko.”