Esta semana estuvo marcada por los puntos de vistas desde tres ángulos. Primero la mirada más crítica que hemos escuchado sobre la realidad de María Elena. Pablo, quien trabaja como fotógrafo y además participa de emprendimientos de turismo local y otros proyectos, se desahogó con nosotros y compartió su tesis sobre su pueblo: “Lo que necesitamos es la independencia de SQM”. Directo, dijo las palabras que de alguna forma queríamos o necesitábamos escuchar. Su discurso, acompañado de ideas, es inquietante. Hoy, a inicios del siglo 21, aún se escuchan vítores de independencia que creíamos desusados.
Inmediatamente sentimos que la idea de proyecto que traíamos era muy tibia para lo que realmente necesita el pueblo, lo que podría ser un remezón reflexivo para volver a cuestionar la vida pampina. Pero faltaba una parte importante: SQM. Nos reunimos con Juan Pérez, encargado cultural de Soquimich, quien proyectó el pueblo en varios años más, dando tranquilidad sobre un posible cierre, esclareció los líos políticos que existieron entre la empresa privada y el estado, y finalmente inició la gestiones para acceder a una visita guiada a la fábrica y así observar el contraste entre el trabajo actual y el del pasado.
Finalmente, y como ejercicio resolutivo a todo esto a través de la observación, decidimos grabar María Elena desde diversos ángulos: comercio, tejido social, movimiento de camiones, perros vagos, diálogos en la plaza, etc. Creemos que ver este último ejemplar de la vida pampina a través de imágenes nos ayudaría a abstraernos de la burbuja en que vive inmersa, y que nos ha afectado directamente.