En un día de calor “lluteño” a las afueras de la iglesia de Poconchile, estaba la apicultora Edith Elgueda, quien estaba vendiendo su miel, jabones y propóleo natural. Nos comentó de inmediato sobre su metodología de trabajo y procesos medicinales, para lograr obtener la única miel de la zona. Para observar y conocer más de su trabajo, coordinamos una visita a su casa.
Llegamos al Km 4 del camino a Huanta, Edith nos recibe afectuosamente en su parcela. Nos presenta su casa que aporta y ayuda al ecosistema natural, donde todo es reciclable y renovable. Hasta dejando que las arañas puedan libremente poner sus huevos y caminar por alrededor de su casa. Luego seguimos hasta una vertiente, donde conseguía el agua y hogar para nuevas vidas animales del Valle.
Llegando a nuestra parada final, nos sorprende una hilera de veinte cajones con muchas abejas en medio de un Valle árido y seco. Edith, convirtió el camino a Huanta a un verdadero paraíso para sus abejitas. De inmediato surgió la pregunta: ¿Dónde están las flores, para las abejas?; pues rápidamente Edith nos respondía, que hay muchas flores nativas en Lluta, pero que también ella había plantado nuevas flores para conseguir más alimento.
Su guía para la producción de la miel, es el calendario astral que le indica los días necesarios para la creación y mantención de la miel, como también del descanso para las abejitas. Ella nos recalca que es muy importante el concepto de cosmovisión, respecto al universo y tierra, para cualquier trabajo vinculado a la naturaleza.
Al seguir nuestro encuentro con la apicultora del Valle, nos invitó dejar de lado nuestras cámaras y enfrentarnos con el trabajo que ella realiza, así que nos vestimos como verdaderos apicultores, para llevar a cabo la interacción más cercana con las abejas. Donde logramos tocarlas y observarlas, donde nos llamó la atención el trabajo geométrico que realizan en confección de sus paneles.
Para el equipo fue una experiencia linda y reconfortante ver a Edith logrando su sueño, encontrar un sector para la crianza de abejas de manera natural y orgánica, quien por lo demás aporta a dar variedad cultural y turística al Valle de Lluta.
Ya cumpliendo más de un mes de nuestra residencia, nos percatamos como equipo que la riqueza cultural y artística del Valle de Lluta está en cada esquina, siembra y calle. Donde los pobladores luchan a diario para conseguir el sustento de su felicidad.