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Residencia: Museo (itinerante) fantástico de Gala. Cisnes - Puerto Gala, Aysén - 2016 Residente: Sofía Dannemann - colectivo Las Otras
Publicado: 2 de noviembre de 2016
Laboratorio textil: sesión 2

Hoy día me siento por fin más o menos bien, voy saliendo de mi semana
de licencia por vértigo (9 días sintiendo que estuviera arriba del
bote! Una agonía…), la Pía, mi primera invitada a la residencia, se
fue el domingo en la barcaza y llueve, por fin llueve, lo que hizo que
anoche dieran el agua… y todos se pusieron a lavar ropa (se había
cortado el agua hace 5 días, por lo que el colegio había estado
cerrado).
A pesar de que aún no me siento al 100% fui a ver a la Nela y
preguntarle si debería hacer el taller, porque todo indicaba que no
iba a tener mucho éxito. Con la Nela decidimos que sí, que lleguen las
que lleguen, que es mejor ponernos al día porque la semana pasada
cancelamos. Así que la Nela dio el anuncio por radio.
Como siempre primero llegaron la Blanca y la Nela, las apoderadas
motivadas, las que están en todas, y parecía que íbamos a ser las 3.
Empezamos. Un rato después se unió la Lili y la Sra. Edith que
trabajan en la escuela y salen un poco más tarde. La Alison, alumna de
6to, prefirió salir de clases y coser con nosotras. Y, finalmente, la
Romi (directora y profesora), se motivó y también se puso a bordar.
Esta sesión la habíamos programado con la Pía. Las asistentes al
taller pasado nos habían dicho que querían aprender a bordar, y
nosotras pensamos que teníamos que darle un sentido y un contenido.
Alguien, en nuestra pasada rápida por Coyhaique, nos comentó que las
mujeres de la isla tienen muy mala autoimagen, y claro, en la isla no
hay mucho que hacer cuando llueve y no hay pesca, hay varias
bajoneadas y metidas en sus casas. En Japón lo que es viejo no es
desechado, sino que remendado, lo cual le agrega más valor. Pensando
en esto decidimos zurcir algo que nos hace valiosxs, y siempre, siempre
reutilizar textiles en desuso que yo traje o nos hemos ido
consiguiendo en la isla, en este caso, fundas de almohadas, dándole
vida a algo en desuso a través de remendar.
Les hice un molde con un diseño que nos permitiría aprender 7 puntos
distintos de bordado, y en el centro dejé un espacio en blanco: cada
una tenía que pensar en qué es buena, qué es lo mejor de sí misma. La
Blanca al tiro: guerrera, y como no, si esa mujer tiene todo el
empuje. La Nela: responsable, y realmente, cuando la vemos, siempre
está organizando algo: encargada de darle alojamiento al tallerista
que viene, de organizar la jornada de violeta parra… la Edith, que es
la señora que limpia la escuela: lealtad, y si bien no la conocemos
mucho porque estuvo afuera, es callada y siempre escucha, siempre está
escuchando. La Lili, manipuladora de alimentos de la escuela:
valiente, y chita que son valientes las mujeres de esta isla. La profe
Romi: resilente, quizás que cosas de su historia la habrán
fortalecido… y la Alison, solo quiso escribir su nombre, quizás lo
mejor que tiene es ella misma. Y yo: creatividad.
Y entonces pasó lo que tenía que pasar, muchas de ellas ya sabían
bordar y me enseñaron cosas, y le enseñaron cosas a las que estaban
sentadas al lado. Todas habían cosido o bordado alguna vez, yo siempre
digo que mis conocimientos de bordado han sido mirando, preguntando,
inventando, copiando, que nunca tomé clases, y que así es la manera en
que se aprende a mi parecer: compartiendo. La Blanca me enseñó a hacer
más rápido la cadeneta, la señora Edith me mostró un punto para
rellenar que nunca había visto, y ayudó a la Lili a aprenderlo, la
Lili se lanzó un freestyle de bordado sin preguntarme qué punto tenía
que hacer, inventando, y a pesar de que ella terminó un poco frustrada
con su desorden y precipitación, a mí me gustó ver como cada una le
ponía su estilo, en este caso, un estilo desordenado.
El taller iba a ser de 14.30 a 16.30, nos motivamos y terminamos a las
18.30, las que viven en la isla de al frente llegaron a buscarlas, ya
casi no había luz. Sólo tres terminaron 100%, las otras quedamos de
terminar mañana. También quedamos de acuerdo en que la próxima sesión
vamos a empezar la pieza para el museo, usando lo que hemos conversado
y aprendido mutuamente. Hoy día sentí el calorcito de una comunidad.

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