Paralelo a las creaciones que ya se despliegan por el territorio íntimo de la isla, seguimos profundizando en el espacio que se articuló con la organización de mujeres respecto al trabajo corporal, al movimiento y autocuidado. Se ha logrado generar un grupo muy interesante que regularmente se reúne a experimentar colectivamente la posibilidad de tomar conciencia del cuerpo que habitamos y reflexionar acerca de la trama de sentido que se articula en el cuerpo como dispositivo de poder. Comenzamos a ingresar en la profundidad que implica experimentar el cuerpo, sentir el cuerpo, percibir el cuerpo, individual y colectivamente. Esta semana nos quedamos en la experiencia de la sensación, de abrir los sentidos, lo que nos llevó a ingresar en una reconceptualización de la sensualidad como la disposición de los sentidos a la experiencia corporal de sentir. Este grupo de mujeres comienza a explorar en la sensualidad como lugar de placer tramado por el movimiento, en los sentidos como territorio de conocimiento, en el cuerpo como espacio de encuentro. Aparecen ya algunas temáticas y experiencias que hacen referencia a problemáticas de género presentes en la historia y la realidad presente de la Isla, por lo que comenzamos a articular estrategias para abordar colaborativa y creativamente diversas preguntas respecto a lo femenino.
Así, comenzamos a sumergirnos en conjunto en el movimiento que emerge del placer de moverse, en la singularidad de cada cuerpo y en la sensualidad como experiencia que no debe referenciar necesariamente a un sujeto masculino ni ser definida por éste.
De este modo, aparece lo sensual como una concepto que yace en las bases del proyecto performático, ante lo cual el grupo de mujeres se transforma en una célula muy relevante para la elaboración de las próximas performances.