En nuestras últimas jornadas de la residencia, aún faltaba lo más esperado como equipo, y es el rodaje del video clip de la banda lluteña “Romance Andino”.
El día domingo nos reunimos en el sector de Sora del Valle de Lluta. Al llegar nos percatamos de lo afortunados que somos como artistas de apreciar tan maravilloso paisaje y espacio para grabar a la banda.
Mientras se descargaban los instrumentos, amplificadores, mesa de sonido, micrófonos, pedales y cables, el colectivo ayudaba a la instalación de la performance que la banda tenía planeada para su debut en las cámaras.
Para la primera toma y primer plano del video, se decide que la banda toque en vivo, con el objetivo de que se relajaran en frente de las cámaras y así poder hacerlo de manera más natural para ellos, escuchando que sus instrumentos repercutieran en medio del Valle. Los primeros intentos fueron fallidos, ya que al ser la primera vez que tienen contacto con la cámara se cohibían, pero la distensión fue apareciendo y así se fue logrando que la energía del lugar entrara a cado uno de los músicos y también a nosotros como colectivo. Logramos que la grabación en esta locación fuese magnífica y única para todos, porque la banda llegó a un gran desplante en frente de los cerros y quebradas del Valle, donde el sonido entre cerros provocó un eco capaz de bailar con el movimiento de los árboles y totoras del sector.
Seguimos el rodaje en los pies del Río Lluta, donde incursionamos en hacer algunas coreografías con la banda, con el objetivo de que tuviera más movimiento cada plano y también pudiéramos obtener el concepto de fiesta para la canción. En esta locación, abajo del puente que une a los sectores de Molinos y Sora, observamos que había una planicie de concreto en la que la banda podía tocar, y así seguir experimentando con el video clip. En este lugar se encontraban pequeños túneles, y los ocupamos para nuevos planos del video. En eso, entre la banda y el colectivo, comenzamos a grabar y experimentar en equipo, sobre lo planos y tomas que podríamos realizar en aquel espacio, integrando el río como parte protagonista del video clip.
El equipo completo se trasladó a la última locación, en el corazón de Poconchile. Instalados todos frente a la iglesia característica del pueblo, comenzamos a registrar los últimos planos del video clip, en compañía de los pocos rayos de sol que iban quedando.
Ya una vez terminada la jornada de grabación, quedamos muy felices de tal producción lograda entre todos.
Ahora comienza la etapa de realizar la postproducción del video, donde el equipo de trashumantes guiado por la voz del joven músico Rubén, trabajará en la edición final del video, el que será exhibido al finalizar nuestra residencia.