Luego de la alianza con el Hospital de Porvenir, propiciada por su directora Sra. Esmeralda Ruiz, focalizamos los grupos con los que trabajaremos al interior de esa comunidad. Personas de todas las edades, de sus diferentes programas y algunas funcionarias, que con mucho entusiasmo y disposición esperan dejar su huella y reflexión sobre su identidad y patrimonio, a través de los trabajos plásticos colectivos que realizaremos, en el nuevo edificio. Para ello, recorrí las obras del nuevo hospital, que será el orgullo de la comuna, visualizando los lugares donde se emplazarán los trabajos y con ello proyectando formatos y soportes, para que una vez recibida la obra, estos trabajos queden a la vista de toda la comunidad.
Trabajar con este segundo grupo, supone un bello desafío, ya que sus edades y motivaciones son diversas. Con todo, un lunes de mucho viento, comenzamos a trabajar en el “quincho” (acá en el confín del mundo, los quinchos son muy distintos a los que uno se imagina), del Hospital con un nuevo y numeroso grupo, donde nuevamente recibí la especial calidez y amabilidad de los fueginos. Como habitualmente, levantamos una especie de “mesa ritual”, donde convocamos todas nuestras energías, nos presentamos, pedimos permiso e inspiración, para que este trabajo en equipo, sea fructífero y las obras que logremos sean testimonio de vida, tanto de los que antecedieron la vida en este territorio, como de quienes estamos hoy atestiguando este valioso momento.