He cruzado el desierto en bus, desde el desierto chico semiárido al desierto grande del Tamarugal. Fue un viaje contemplativo de más de diez horas. El motivo eran dos eventos importantes para este proyecto de hace un año atrás.
El día sábado 28 junto a Ana Elosúa, Encargada del Programa Red Cultura Región de Tarapacá, nos trasladamos desde Iquique hasta la comuna de Pozo Almonte, me acompañó en la entrega del material audiovisual a los y las vecinas participantes del proyecto. Fue agradable encontrarnos con las guirnaldas colgadas en la entrada, nuestra sorpresa fue más, cuando al ver la plaza de piedras donde está la arpillera enmarcada, vimos árboles plantados con sistema de riego por goteo incluido. Me sentí feliz, se habían preocupado de potenciar el sector y eso se agradece. Uno puede observar el reflejo del cómo se sintieron y se hicieron parte de este proceso.
Al proyectar el material audiovisual, los niños y niñas se reconocieron con alegría y vergüenza en la pantalla, sus madres emocionadas, sonreían. Les estregué una copia a cada persona asistente. A Don Iván Moscoso presidente de la JJVV le hice entrega de más copias para que fuesen entregadas a los y las vecinas que no lograron asistir.
Me retiré dichosamente feliz y con varias invitaciones a regresar.
Al día siguiente, desde muy temprano, me reuní con el resto del equipo de Red Cultura Regional y con el equipo de Cultura de la Ilustre Municipalidad de Pozo Almonte en el Camping Municipal de la comuna. Sería parte del Encuentro de Organizaciones Comunitarias. Me pareció muy interesante poder compartir y observar de cerca a todas esas agrupaciones que observé desde lejos estando en residencia el año pasado. Me sentí como una testigo de sus acciones y movimientos, me re encontré con varias personas que colaboraron en el proyecto Gráfica Textil Agrícola.
Luego que cada agrupación expusiera sus temas, fue mi turno, hablé un poco del proceso para introducir la proyección del micro documental. Al finalizar se abrió el micrófono. Muchas de las personas asistentes eran provenientes de pueblos originarios, ellos y ellas se vieron muy involucrados con el trabajo, compartieron emotivas palabras e incluso algunas dejaron caer algunas lágrimas al hablar. Eso creó una atmósfera de dulzura que construyó la confianza para que todos hablaran. Nunca en mi vida me había sentido tan bendecida.
Para cerrar, Edwin López, Encargado de Cultura de la Ilustre Municipalidad de Pozo Almonte, me dedicó bellas palabras de reconocimiento y agradecimiento.
Quisiera agradecer esta instancia de re encuentro con la comunidad, sobre todo la bella posibilidad de compartir este proceso dentro de otras instancias, creo, a modo personal, que la puesta en valor y difusión de las Residencias de Arte Colaborativo con procesos íntimos y profundos, es necesaria. Al fin de cuentas,supuestamente estamos desarrollando un tipo de arte relacional, no arte exclusivamente para galerías.