El trabajo con el grupo de mujeres paso a paso se va profundizando. Ingresar al trabajo corporal, de movimiento y autocuidado, necesariamente ha implicado preguntarse por la propia identidad, donde cada participante ha comenzado a reconocer su propio cuerpo como territorio; territorio de vida, territorio de acción, territorio por conocer.
El trabajo de esta semana, se focalizó justamente en abordar el autoreconocimiento corporal donde por medio de diversos ejercicios somáticos exploramos la conciencia y la movilidad de las distintas partes del cuerpo, descubriendo y activando rincones olvidados de este territorio, lo que implicó interesantes aperturas personales a la hora de gozar el movimiento. Trabajamos en torno a los límites del propio cuerpo, el contorno, el lugar que ocupamos en el espacio. Así, mientras van pasando los encuentros, vemos cómo las mujeres se muestran cada vez más dispuestas, más entregadas, más seguras de sí. Cada una emprende el viaje hacia el interior de su cuerpo para conectarse con un exterior colectivo, por lo que se comienza a perfilar un grupo que se conecta en cada uno de los encuentros, como mujeres, como vecinas, como compañeras. Seguiremos profundizando en las temáticas de identidad, autoestima y confianza en los siguientes encuentros de mujeres.