Llevamos dos sábados abriendo la escuela a la comunidad para participar de las tardes lúdico-recreativas.
La primera, el 5 de noviembre, fue un buen momento para compartir las experiencias que habían vivido en el fuerte sismo del día anterior. Llegaron jóvenes y niños vecinos del Peumal. Estuvo la Coni descansando un poco después de todo lo que pasó en su casa. Nos contaba que llegaron periodistas de los canales de televisión, y los demás la molestaban y le decían que se haría famosa.
Esa tarde los niños jugaron con los juegos de madera que hace Pachu, trabajamos juegos teatrales con la Coté y luego mapas colectivos. Después la once, jugos, queques y entre varios nos turnamos para hacer las churrascas, nos sentamos a la mesa y al rato agarraron la pelota de básquetbol y se armó el partido: equipos de niños y niñas contra el grupo de jóvenes. Nosotros hacíamos barra!
Se oscureció y nos fuimos… es que no hay focos en la cancha de la escuela y las luces son pocas.
Para este sábado 12 preparamos los afiches durante la semana con los niños y las niñas de la escuela. Nos sorprendió que Tan del grupo de jóvenes y ex alumno de la escuela, diseñó su propio afiche para la actividad y lo pegó en los paraderos. Pachu lo ayudó a pegarlos también cuando hizo el perifoneo.
Este sábado 12 fuimos más los que compartimos en la escuela: mujeres, jóvenes, abuelos y abuelas, algunos papás, y niños y niñas, algunos alumnos de la escuela y otros solo vecinos. Estamos contentos porque vemos como, después de un mes y más, El Peumal va dando frutos.