En ambas localidades están presentes los “Calvarios”, que son altares pintados de color blanco en puntos estratégicos del pueblo a modo de protección, algunos en la cima de los cerros, otros en la entrada y salida del pueblo, para los habitantes representan los distintos santos y patronos que ellos veneran.
Estuvimos conversando con don Gregorio Guaglia, que es el fabriquero de Esquiña, y conocedor de todas las tradiciones andino – católicas del pueblo, nos hablaba de la importancia de hacer registros de las tradiciones que están presentes y las que se han ido perdiendo con el paso del tiempo, en medio de esta conversación nos comentaron sobre el deterioro de dos “Calvarios”, San Santiago y Santa Ana, que se ubican en la cima de dos cerros y la complejidad de restaurarlos debido a que la mayoría de las personas que habitan la localidad son adultos mayores y se les dificulta subir los cerros, y llevar agua hasta ese punto. A raíz de esto decidimos ir a ver in situ el real estado de estos “Calvarios” y ver la posibilidad de colaborar en este proceso de re-construcción, fomentando al trabajo colectivo que involucre a residentes permanentes, trashumantes y familias de estos. Efectivamente el primer “Calvario”, Santa Ana está completamente destruido, y el que está unos metros más arriba, San Santiago, tiene la mitad en pie y la mitad en el suelo. Tomamos algunas fotografías para visibilizar la situación con la comunidad y que ellos puedan definir si es factible movilizar personas que colaboren en la restauración de los “Calvarios”, más que nada porque son parte de su identidad, patrimonio y la técnica de construcción en adobe también representa una práctica ancestral.