BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: El lugar de mis cuerpos Teodoro Schmidt, La Araucanía - 2017 Residente: Centro Cultural Teatro Container
Publicado: 12 de octubre de 2017
Cortos de memoria

Las lluvias por fin comienzan a dar paso a intensos días de sol y la primavera ya parece quedarse. Podemos ahora movernos más libremente y volver a caminar con los equipos al hombro.

En la escuela Kom Pu Lof, donde desarrollamos un laboratorio de cine y movimiento con los niños, hemos tenido que suspender nuestras actividades. Los profesores nos han pedido ayuda para montar una “pequeña obra de teatro” para un encuentro interescolar. No es un escenario ideal para nosotros, pero no tuvimos mucho que hacer sino adaptarnos y trabajar desde otro lado. Intentamos que esta obra sea material para lo que podamos seguir explorando luego en el laboratorio.

En nuestro trabajo como audiovisualitas, yo y mi compañera Eva, teníamos algo de experiencia en el trabajo con niños, pero no demasiada. Buscamos explorar en el imaginario de los niños, utilizando el audiovisual como herramienta de expresión, y como un medio en el cual podemos percibir nuestro entorno natural y nuestro propio cuerpo. Junto a Soledad, nuestra compañera bailarina, intentamos buscar ejercicios donde la percepción del sonido, lo visual y lo corporal convivan en un  mismo espacio. Ejercicios de encuadres, paisajes sonoros y movimientos corporales a través de acciones sencillas. Hasta el momento, los ejercicios funcionan, pero hemos debido, por el momento, vestirnos de directores de teatro escolar. Ha sido interesante la traducción de ciertas partes del texto a mapudungún. Nuestro entendimiento del lenguaje es todavía muy, muy reducido.

Hoy tuvimos las Onces de Cine, que generalmente realizamos los viernes en la Biblioteca de Hualpin. Por cuestiones de espacio, lo movimos para hoy. Esta actividad ha sido también adaptada. Aunque el enfoque de nuestro trabajo en Hualpin es con la tercera edad, las Onces de Cine han pasado a estar dirigidas a un público más infantil, que es el más dispuesto a asistir a las convocatorias. Para esta sesión, decidimos probar y mostrar cortometrajes animados. Esto nos dio más tiempo para comentar las piezas audiovisuales y preguntarle a los niños acerca de lo que habían visto. Cuál es la historia, los personajes, los puntos de vista, las narraciones visuales o sonoras, etc. A través de la selección de los cortos, quisimos hablar sobre temas de memoria y poner la atención en la importancia del pasado como materia del futuro. De esta manera, nuestra actividad en Hualpin apunta en la misma dirección. La memoria es un ejercicio que comienza en la infancia. No queremos obligar a los niños a escuchar a sus abuelos, ni ninguna actividad que suene a imposición aburrida, pero podemos poner la atención en ello de otras formas. La actividad finalmente estuvo bien. Hay una niña que siempre encuentra raro todo lo que mostramos. Desde Miyazaki a las animaciones francesas. Pero ahí nada que hacer. No vamos a mostrar Disney, porque ahí no hay nada nuevo. Los niños ya lo conocen y nosotros nada que aportar. Sin embargo, aunque la niña lo “encuentre raro”, no ha dejado de asistir. Ojo ahí, raro nunca ha sido sinónimo de malo, sino más bien de diferente.

« Ir a residencia