Esta semana me ha tocado estar solo, porque mis compañeros e invitados de esta residencia no han podido venir. Aunque decir solo es relativo, ya que a diario conozco a gente nueva en el pueblo de Hualpin. Como ocurre regularmente en la semana previa al dieciocho, hay muchas “actividades nacionales” y el transporte municipal no ha dado abasto. La gente anda ocupada en eventos, desfiles y actos escolares. Como hemos decidido trabajar paralelamente en dos áreas de la comuna, debemos movernos bastante y el transporte público es escaso… por no decir inexistente. Sin embargo (al mal tiempo buena cara), conté con la buena voluntad del camino y pude llegar a mi destino sin problemas. En Llaguepulli, una comunidad junto al resplandeciente lago budi, tuve una reunión con los profesores de la escuela rural. Allí programamos actividades para los meses que vienen. Lo bueno de no tener transporte es que he caminado mucho. Cuando uno se mueve a pie, el pensamiento y la percepción del tiempo cambian. Descansan, o se mueven de otra forma. El viento frío te hace despertar y el sol vuelve a calentar tu cuepo. Las nubes pasan mientras el camino avanza, los pasos se escuchan descender en las piedras…
Hoy tuvimos una once de cine en Hualpin, en la biblioteca pública. La película programada era “El Maquinista de la General”, de Buster Keaton. El filme había sido escogido como detonante para hablar del pasado del pueblo, antes del retiro de las vías férreas y del tren. Para, a través del cine, hacer un ejercicio de memoria. Los días anteriores, pegamos afiches en los negocios y publicitamos la película casa por casa… pero la lluvia pudo más. Finalmente, al evento llegaron pocas personas y, como habían muchos niños dando vuelta, decidí mostrar una película de animación: La Canción del mar. Aparte de los niños, llegaron también algunas mujeres y la película tuvo buena recepción. No hubo mucho tiempo para reflexionar después de la proyección, pero ya se empieza a correr la voz de que todas las semanas habrá cine en Hualpin. Para Octubre, el calendario ya está listo y las personas se irán programando con tiempo.
Aunque en Hualpin nos hemos acercado sobre todo a la tercera edad, donde buscamos trabajar en el tema de la memoria personal y colectiva, a veces la realidad dice otra cosa y las actividades hay que saber adaptarlas. Creo que uno de los primeros aprendizajes de esta primera semana en la comuna, es que hay que siempre ser capaz de adaptarse, sin perder el rumbo, pero sin perder tampoco la paciencia…
La realidad va dictando su propio ritmo.