La señora Ana Araya tiene una historia increíble de esfuerzo y trabajo por el bien común. Tesorera de la junta vecinal Villa Santa Rosa, es quien se ocupa de todo proceso organizacional por el mejoramiento de su barrio. Ella y su hija Johanna, nos reciben en el comedor de su casa a almorzar. En la sobremesa nos muestra su álbum de recortes de diarios donde ella es la absoluta protagonista. La señora Ana jugó basquetbol desde los trece años hasta los 60, en distintos clubes deportivos de Arica e Iquique, no era cualquier jugadora dentro del plantel, prueba de ello son los relatos deportivos al pie de las fotografías. El degaste de su columna vertebral fue tal, que tuvo que ser sometida a varias operaciones. Nos muestra las radiografías que evidencian el daño y los seis tornillos de titanio que atraviesan su columna. Con dolores y todo ando para arriba y para abajo, nos dice.