Con el tiempo el cuerpo va perdiendo la capacidad de regenerarse y se van experimentando cambios físicos que nos limitan y obligan a cambiar los ritmos que la juventud tiene, la vista ya no acompaña en la costura, ni las manos en el tejido. Hay que re – inventarse y encontrar soluciones a la medida de nuestras capacidades para seguir haciendo.
Pero lo comido y lo bailado no lo quita nadie.