El autocuidado con los profesores y la Directora del colegio Gabriel Benavente fue una sorpresa para todos. Comenzamos presentándonos, nos habíamos visto, nos conocemos de cierta forma pero ahora era distinto.
Seguimos con juegos grupales, quisimos invitar a los profes a jugar como niños, como sus estudiantes. Habían profesores/ras que seguían lo que les proponíamos, pero una de ellas no quería ni siquiera pararse de su silla. Recuerdo haber preguntado a esa profesora que se apartó del grupo, por qué no quería participar y ella me responde que tiene muchas cosas que hacer y que siente que pierde su tiempo en esta actividad.
En ese momento sinceramente sentí rabia, porque lo que nosotros estábamos entregando era un momento grato donde a través del juego podamos conocernos o re- conocernos, pero también pensé, ¿estará tan colapsada de trabajo esta Profesora?
Ver esa parte de los profesores, la parte estresada, agotada, con poco ánimo a probar nuevas formas de vivir el trabajo, me dejó pensando. Todo eso habla del sistema escolar de nuestro país, donde una estudió, donde se educan nuestros niños.
Bueno de todas maneras el 99% de los profes participaron y fue un momento que nos reímos mucho, a través del juego, se notó que se tienen cariño y que cuando se ven en dificultades se apoyan.
Rescato también que ellos organizaron un rico receso cargadito a la fruta de la zona (arándanos) y helados que refrescaron la jornada.
Luego retomamos el objetivo de la jornada y partimos con la interrogante de ¿Cómo estábamos? ¿Cómo nos sentíamos en nuestro primer día de trabajo en la educación? Y cuál era la postura corporal en ese momento, la cual la dibujaron en un paleógrafo. Esto generó que pudiéramos hacer la comparación de cómo éramos antes y ahora. ¿Cómo estamos siendo? Y ¿Cómo me siento? luego lograr la reflexión.
Finalmente hicimos la dinámica de la tela imaginando que es un mar, todos tomamos una orilla de este mar y todos pasaremos por debajo de la tela que se traslucía, como nadando, pasaba cada uno diciendo lo que querían para la educación del futuro. Sentí que ese momento fue donde todos volvieron a rejuvenecer, esa esperanza por la educación, como una labor que construya una sociedad más justa, más alegre y de libre expresión.
MÓNICA ROJAS, ACTRIZ