En estos días que hemos estado en residencia, hemos estado yendo a actividades y reuniones que se han estado desarrollando en la zona con el fin de poder conocer a las personas y sus comunidades. En uno de estos encuentros tuvimos la oportunidad de conocer a la Señora Mila, antigua locera de Pilén, que se encuentra hace muchos años viviendo en esta comuna. Hoy por la mañana fuimos a visitarla a su casa/taller para poder conocerla más a ella y su antiguo oficio, ya que en este sector es una de las pocas personas que se dedican a trabajar con la greda.
La Señora Mila lleva realizando este oficio hace más de 40 años, nos contaba que aparte de saber de greda también teje mimbre y lana. Mientras tomábamos té con galletas, nos contó acerca de su vida, su oficio y sus quehaceres diarios. Alrededor de su estufa y brasero prendido, la escuchábamos atentamente comprendiendo que su vida y oficio son uno solo, y que sin su greda dice que siente que algo le falta. En el transcurso de la conversación torneaba un plato donde nos mostraba sus herramientas, que son sus manos para tornear y dar forma, unos palitos en forma de cuchillos, un pequeño retazo de cuero y una piedra redondeada para bruñir (que encontró en un humedal). Observábamos cómo hacía el plato y escuchábamos sus relatos de vida, cuando nos pasa un poco de greda a cada una para que hiciéramos algo, ella nos guiaba y daba consejos de cómo modelar mejor. La greda que utiliza es extraída y procesada por ella artesanalmente, un trabajo de paciencia, paso a paso, desde extraer la greda, darle forma y luego quemar los objetos que realiza. Conversamos también del poco valor que se le da a las cosas hechas a mano hoy en día, ya que muchos objetos que vienen de afuera son mucho más baratos y más rápidos de conseguir, después de una agradable conversación nos comenzamos a despedir, dejamos nuestras creaciones de greda con ella porque nos dijo que se debían quemar a fuego, y se necesitaba tiempo de secado para este proceso. Quedamos de volver a encontrarnos.